GLORIFICAR A DIOS AUN EN LAS AFLICCIONES.

Cuando las cosas marchan bien en nuestras vidas, se nos hace fácil seguir en los caminos del Señor. Se nos hace fácil asistir regularmente a la iglesia para exaltar y glorificar el santo nombre de Dios. Se nos hace fácil entregar nuestros diezmos y ofrendas para que la obra de Dios siga adelante, pero ¿Qué pasaría si las cosas empiezan a complicarse? ¿Qué pasaría si los problemas y las enfermedades viniesen a nuestras vidas? ¿Será que mantendremos nuestra fidelidad a Dios, lo exaltaremos y seguiremos aportando para la obra?. Algunos cristianos, cuando los problemas y enfermedades llegan a sus vidas, se afligen, pierden su confianza en el Señor y pronto se apartan del camino de la salvación y la vida eterna, algunos hasta hacen culpable a Dios de la realidad que están viviendo. ¿Esta forma de proceder de algunos cristianos será correcta? ¿Será que debemos ser fieles al Señor sólo cuando recibimos dádivas de sus manos? Job, uno de los hombres bíblicos que perdió su fortuna, sus hijos y su salud nos da la respuesta para estas inquietudes: “Sin embargo, Job contestó: Hablas como una mujer necia. ¿Aceptaremos sólo las cosas buenas que vienen de la mano de Dios y nunca lo malo?. A pesar de todo, Job no dijo nada incorrecto”. Job 2:10. Job nos enseña a mantener nuestra fidelidad a Dios aun en medio de las aflicciones. Reconocer que la soberanía de Dios es perfecta para cada uno de nosotros. Tener estos pensamientos y aplicarlos en nuestras vidas, no será fácil, pero debemos tratar de hacerlo. Debemos glorificar y exaltar el santo nombre de nuestro amado Señor aún en medio de nuestras aflicciones.

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