Hemos estado navegando por pasajes profundos y a vecesdesafiantes del libro de Deuteronomio, específicamente los capítulos 21 y 22.Tocar estos textos puede dejarnos muy pensativos, como el caso del hijo rebelde y necio que, bajo la ley, era apedreado. Pero es precisamente en estos mandamientos antiguos donde descubrimos el corazón de Dios y Su perspectivasobre las cosas. Aunque hoy vivimos bajo la gracia, es fundamental comprender los principios divinos que permanecen inalterables: El deseo de Dios de que nohaya contaminación en nuestra familia y que todos le respetemos.Hoy en día, puede haber tentación de adaptar elEvangelio a lo que nos gusta o nos parece bien, dejando de lado aquello que nos reta o no entendemos. Sin embargo, como bien nos recuerdan las Escrituras, "toda la palabra de Dios es viva y eficaz" y nos ayuda a crecer espiritualmente. Así que, no importa cuán difíciles puedan parecer algunosversículos, lo importante es aprender a confiar en Dios, sabiendo que Él está con nosotros para ayudarnos a cumplir Su palabra. Hemos visto cómo la cruz de Cristo nos ha liberado completamente de toda maldición, incluso las quevienen por el pecado y la desobediencia. Esta es una verdad gloriosa que nos da total libertad en Cristo.

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