Pink Floyd grabó su álbum nº 13, ‘A Momentary Lapse of Reason’, en condiciones lamentables: en diciembre de 1985, Roger Waters abandonó Pink Floyd y dio por terminada la historia del grupo, con la amenaza de llevar a sus antiguos compañeros a los tribunales si usaban el nombre de Pink Floyd en público. David Gilmour y el batería Nick Mason ya habían empezado a grabar algunos temas sin saber si el nuevo proyecto sería un disco de Pink Floyd o un álbum en solitario. Las sesiones fueron interrumpidas frecuentemente por la lucha judicial con Waters hasta que, en noviembre de 1987, el bajista firmó la paz con Pink Foyd y permitió a la banda publicar un álbum que buscó el equilibrio entre música y letras de los álbumes clásicos del grupo londinense.

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