Se propicio a mí, pecador

31/08/2025 19 min

Escuchar "Se propicio a mí, pecador"

Síntesis del Episodio

En la parábola del Evangelio de hoy (Lucas 18:9-14), el fariseo se declaró justo excluyendo a todos los demás. Esto le llevó a despreciarlos. Lo llevó a basar su aceptación ante Dios en sus obras. Por esto, le dio gracias. Por otro lado, el publicano, un marginado social, solo encontraba pecado en su vida. Lo resumió diciendo: «Dios, se propicio a mí, pecador». Vemos lo mismo en nuestra lección del Antiguo Testamento (Génesis 4:1-15). Caín y Abel ofrecieron sacrificios de acción de gracias. Ninguno de los dos sacrificios se hizo para propiciar el pecado. Los actos de agradecimiento a Dios por sus dones y misericordia satisfacen una profunda necesidad del corazón humano. No es la cantidad aparente de nuestros dones y ofrendas lo que los hace aceptables a la vista del Señor, sino la actitud de nuestro corazón y mente hacia Dios. Él desea un amor puro que fluya de una fe firme. El Señor, que escudriña el corazón, vio la humilde fe de Abel, cuyo único pensamiento era darle al Señor una prueba de sincera gratitud por toda la bondad y misericordia que le había sido concedida.