¿Te imaginas en un teatro, en un concierto de música clásica que alguien del público tenga que pedir por favor? ¡callarse hombre ...! Pues esto pasa muy a menudo en los conciertos y festivales de flamenco. Todavía hoy en día es costumbre de ver la barra del bar cerca del escenario en los festivales flamencos veraniegos. Lo más curioso de todo es que los que no callan suelen ser "los más amantes de lo hondo", los que se consideran aficionados cabales. Está claro que se trata de una cuestión de educación y de respeto a los asistentes y a los artistas que están actuando. ¡Saber escuchar es un arte!

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