El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha dirigido una nueva carta a los militantes del Partido Socialista en la que resta relevancia a las informaciones sobre corrupción que afectan al PSOE, reveladas por la UCO y que han motivado la dimisión de Santos Cerdán, acusado de haber cobrado comisiones ilegales.

Sánchez argumenta que «ningún partido está a salvo de la infamia de la corrupción», y que «lo que marca la diferencia es cómo se reacciona». Defiende que el Ejecutivo no conocía el informe de la UCO antes de su publicación, lo que, según él, evidencia la independencia judicial y «la salud democrática» del país, en contraste —afirma— con las injerencias del Gobierno de Mariano Rajoy en la década pasada.

El presidente también arremete contra PP y Vox, acusándolos de fomentar «una deriva de odio» que se manifiesta en «el acoso a militantes socialistas» y ataques a sedes del partido. Además, critica el uso político del informe, al que califica de «instrumentalización al servicio de un intento deliberado de la derecha por derribar a un gobierno legítimo».

Finalmente, recuerda que la oposición cuenta con la moción de censura como vía constitucional y reta a PP y Vox a presentar un proyecto alternativo si pretenden hacer uso de ella, algo que, asegura, «no harán porque carecen de él».

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