En la boca me supo tan dulce como la miel

23/11/2018 11 min
En la boca me supo tan dulce como la miel

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Síntesis del Episodio

A través de estas imágenes, el Señor nos habla sobre la dualidad del Evangelio: por un lado es dulce, pero por el otro es amargo. Y es que cuando somos objeto del Evangelio, éste resulta hermoso. Todas las palabras que se nos dicen en la evangelización llenan de alegría y de dulzura el corazón.

Sin embargo, cuando nosotros nos convertimos en los sujetos del Evangelio, es decir, cuando hay que vivirlo, cuando hay que DIGERIRLO y llevarlo a la vida cotidiana, ya no es tan dulce, sino que llega incluso a amargar. Más aún cuando al ser sujeto del Evangelio, éste nos impulsa a denunciar todo lo que es contrario al amor, a la justicia y la verdad. Esta es la razón por la cual en la Iglesia tenemos muchos OYENTES del Evangelio y pocos TESTIGOS; muchos que van a misa el domingo, pero que el resto de la semana viven al margen de lo que escucharon el domingo.

Si realmente queremos ser auténticos cristianos, debemos aceptar esta dualidad de amargura y dulzura. No es fácil ser verdadero testigo de Jesús, esto amargará nuestras entrañas; sin embargo, la dulzura que contienen las promesas de Cristo y la presencia del Espíritu Santo harán que nuestra vida alcance la madurez cristiana y humana.