En este episodio, con honestidad y vulnerabilidad, Alfredo nos lleva a reflexionar sobre el verdadero significado de la Iglesia. A través de experiencias personales, testimonios de provisión divina y enseñanzas bíblicas, nos recuerda que la Iglesia no es un edificio, sino un cuerpo vivo edificado sobre Cristo. Descubrimos que cada uno de nosotros tiene un rol esencial, que la comunión real transforma vidas, y que la fe se nutre con la Palabra y la conexión auténtica entre creyentes. Un mensaje directo, lleno de Verdad, que nos anima a dejar el orgullo, descubrir nuestro propósito y vivir en comunidad, con Jesús en el centro de todo.
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