Si predicáramos de Jesús con la misma pasión con la que defendemos nuestras posturas políticas, todo sería distinto. Veo como gritan con valentía en la quinta cada vez que hay un silencio y se me aprieta el pecho. Veo como cada artista sin temor alguno expresa lo que piensa y la gente lo celebra. Kramer formó toda su rutina en base al estallido social y millones de chilenos lo disfrutaron. Nadie de ellos maquilló sus palabras. Nadie pensó en “y si mejor lo digo de otra forma para no pasar a llevar a nadie”. Tienen coraje. Son osados. Me parece perfecto. El mundo es tremendamente valiente para expresar lo que “cree que es correcto”. Lo que me hace eco y me entristece es lo mucho que nos cuesta a nosotros expresar con valentía lo que ES CORRECTO.

Me entristece ver como maquillamos la luz para que sea tenue y no moleste a nadie. Me entristece ver como callamos de Jesús en nuestras historias de Instagram mientras la mayoría de los influencers no sabe decir un solo dialogo sin mencionar los genitales (y miles de niños lo ven). Me entristece el pésimo poder de convocatoria que tenemos. Ningún evento cristiano. Pero NINGUNO logra llenarse en #Chile y desbordar como si desbordan los conciertos de música porquería. Se convocan marchas de 1 millón de personas y es historia en los portales del mundo. Nosotros con mucho esfuerzo llenamos la planta baja de un nacional. Me entristece ver como las tinieblas son increíbles para exponer lo malo y nosotros que CONOCEMOS LA LUZ somos tan pésimos para exponer lo bueno.

La oración de Jesús fue, “que sean uno” y pucha que nos cuesta ser uno. Una voz firme, valiente y atrevida.
Todos estos meses me he comido cientos de publicaciones políticas. Marchas. Piñera. Constitución. Asamblea. Perfecto, somos libres de exponer y hablar lo que queramos. La pregunta es, ¿y cuando hablamos de Jesús? Pareciera que la política despierta más pasión que nuestro Jesús y el ser testigos por toda Judea y Samaria se fue a las pailas.

Oro por una generación valiente de influencers BRILLANTES y no tenues. Comunicadores apasionados por Jesús que sin temor expongan lo que saben que ES CORRECTO. Líderes de opinión que convoquen masas a la luz.

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