Jesucristo nunca estaba hablando del tamaño de la fe, nuestra fe debe tener las mismas características de una semilla de mostaza, resistente, de rápido crecimiento, fuerte y genuina.
Cuando vuelvas a escuchar de la parábola de la semilla de mostaza no es lo grande o pequeña que debe o no ser tu FE, sino que sea fuerte, que crezca, que sea pura y resistente.
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ORACIÓN DE AFIRMACIÓN:
Señor Dios Todopoderoso,
 en este momento levanto mi voz y mi espíritu
 para afirmar que mi fe en Ti es firme, es fuerte, es viva.
 No permito que el temor, la duda o la inseguridad
 echen raíces en mi corazón.
 Mi fe no se mezcla con miedo,
 porque en Ti está mi confianza absoluta.
 Tú eres mi roca, mi refugio, mi escudo y mi victoria.
Declaro que mi fe crece cada día,
 se fortalece en la prueba,
 resplandece en medio de la oscuridad
 y se mantiene firme en la tormenta.
 No seré movido, no seré quebrado,
 porque el Dios que habita en mí es más grande
 que cualquier circunstancia que enfrente.
En el nombre de Cristo,
 renuncio a toda duda que intente debilitarme
 y echo fuera todo espíritu de miedo,
 porque Tú no me diste un espíritu de cobardía,
 sino de poder, de amor y de dominio propio.
Hoy declaro con autoridad espiritual
 que mi fe en ti bendice mi vida, mi casa y mi futuro.
 Mi fe abre caminos, rompe cadenas y atrae lo imposible.
 Cristo es mi certeza, mi esperanza, mi fuerza,
 y en Él vivo confiado.
Amén.

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