Las ideas de negocios pueden surgir simplemente de la vivencia de la vida personal o profesional, cuando percibimos una necesidad en cualquiera de nuestros propios hábitos de consumo, en las actividades económicas, en los hobbies, etc.
Una idea no es sinónimo de modelo de negocio. Las ideas resultan de la capacidad creativa del individuo y puede tener un sinfín de orientaciones, pero no necesariamente tienen que estar orientadas a la creación de una empresa. Una idea de negocio tiene que corresponderse con una oportunidad de negocio, es decir con la necesidad que tiene un cliente.

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