Durante este semestre, mi labor como Maestro en Formación en el escenario In-situ ha sido una experiencia profundamente enriquecedora y transformadora, tanto para mí como para los niños con los que trabajé. A través de diversas intervenciones y actividades, he podido observar y contribuir al desarrollo integral de las infancias, teniendo en cuenta sus necesidades emocionales, sociales y cognitivas. Desde el inicio de mis prácticas, me propuse crear un ambiente de aprendizaje inclusivo y estimulante. Implementé estrategias pedagógicas que fomentaron la curiosidad y el interés por aprender. Por ejemplo, utilicé métodos interactivos que involucraron a los niños en su propio proceso de aprendizaje, permitiéndoles explorar temas a través de juegos, proyectos grupales y actividades prácticas. Esta metodología no solo facilitó la adquisición de conocimientos, sino que también promovió habilidades sociales como el trabajo en equipo y la comunicación. Elaborado por Componente Práctico LIPI Además, presté especial atención al desarrollo emocional de los niños. Entendí que cada uno de ellos tiene un mundo interno único y diferentes formas de expresar sus sentimientos. A través de dinámicas grupales y espacios de diálogo abierto, logré crear un ambiente seguro donde los niños se sintieron cómodos compartiendo sus pensamientos y emociones. Este enfoque ayudó a fortalecer su autoestima y a desarrollar empatía hacia sus compañeros. Una de las intervenciones más significativas fue la implementación de un proyecto sobre la diversidad cultural. A través de cuentos, música y actividades artísticas, los niños pudieron explorar diferentes culturas y aprender sobre la importancia del respeto y la inclusión. Observé cómo esta experiencia no solo amplió su visión del mundo, sino que también fomentó un sentido de comunidad entre ellos. A lo largo del semestre, he aprendido que mi papel como educador va más allá de transmitir conocimientos; se trata de acompañar a cada niño en su proceso de desarrollo, reconociendo sus particularidades y potenciando sus talentos. Las intervenciones que realicé tuvieron un impacto positivo en el desarrollo integral de los niños, ayudándoles a construir una base sólida para su futuro aprendizaje. En conclusión, mi experiencia como Maestro en Formación en el escenario In-situ ha sido fundamental para comprender la importancia de una educación centrada en el niño. He podido contribuir al desarrollo de las infancias a través de prácticas reflexivas e inclusivas que fomentan un ambiente positivo para el aprendizaje. Estoy agradecido por esta oportunidad y espero continuar aplicando lo aprendido en mi futura carrera como educador.

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