Ay, el amor. Quien más quien menos ha pasado por una etapa de enamoramiento en su vida. Pero todo empieza y todo termina, y el corazón roto es terrible. Quien lo probó lo sabe, que diría aquel.

El adiós a un amor siempre tiene una sensación de desesperanza absoluta y de corazón roto físicamente. La tristeza es máxima, el dolor lo invade todo y las ganas de llorar son continuas.

Cuando una pareja viene a consulta, lo hace en el momento en el que ya no ven salida posible y los problemas son importantes. Se diagnostican y se analizan las posibilidades de reestructurar la relación. Si las diferencias son insalvables y ya no hay amor, los dos miembros de la pareja acuerdan la separación y el posterior divorcio.

La pregunta que yo suelo hacer a las personas que vienen a consulta con problemas en su relación amorosa es, ¿para qué tienes pareja? Os sorprenderíais de las respuestas que recibo y, sobre todo, de la sorpresa que causa esta pregunta en la mayoría.

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