La recompensa para el bueno

24/05/2025 3 min Temporada 5 Episodio 23
La recompensa para el bueno

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Síntesis del Episodio

Dios y Yo San Mateo 25:34 "Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo." La Recompensa para el Bueno “Si los malos supieran que ser bueno es buen negocio, serían buenos, aunque solo fuera por negocio.” Esta frase célebre, dicha alguna vez por alguien con sabiduría, encierra una verdad profunda: hacer el bien siempre trae bendición. Hoy, a la luz de la Palabra, reflexionamos sobre cuál es la recompensa de los que hacen el bien. El pasaje que meditamos nos muestra a Jesucristo como el Juez justo, quien dirá a los que hicieron el bien: “Benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros.” ¡Qué maravillosa recompensa! Alinearnos con lo que Dios demanda en su Palabra no es una pérdida de tiempo, como algunos piensan, sino la garantía de una eternidad gloriosa. La Biblia nos enseña claramente que habrá un castigo para quienes hicieron el mal, pero también una recompensa para quienes hicieron el bien. Y eso depende de nosotros, amados hermanos y amigos. Como vimos ayer, el juicio de Dios es inevitable. Todos compareceremos ante Él. Esto no es para infundir temor, sino para hacernos reflexionar con sinceridad sobre cómo estamos viviendo. Lo maravilloso es que el mismo Jesucristo que será nuestro Juez, hoy puede ser nuestro Abogado. Podemos acercarnos a Él y suplicar su ayuda, para que en aquel día tengamos una defensa segura. Y déjeme decirle algo más: Jesucristo nunca ha perdido un solo juicio. Él sabe cómo defendernos, cómo justificarnos por su gracia. Pero no olvidemos algo importante: en un juicio no solo se declara inocente al justo, también se pronuncia condena al culpable. De nosotros depende cuál de las dos sentencias escucharemos ese día. ¿Será esa gloriosa declaración: “Entrad al reino de mi Padre”? ¿O será la terrible sentencia: “Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles”? Ambas opciones están en la Palabra. Ambas son reales. Pero hoy, mientras tenemos vida, podemos cambiar nuestro destino. Podemos acudir a Jesucristo, nuestro abogado fiel, para que el día del juicio escuchemos la recompensa y no la condena. Porque, como dice la Escritura: los buenos tendrán su recompensa. Que Dios les bendiga, amados hermanos. Pastores Marroquín