Dios Y Yo Mateo 28:19 "Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo". Las órdenes se cumplen, no se discuten. Esta es una consigna militar que bien se aplica al mandato que encontramos en la Palabra. No es una sugerencia ni una opción; es una orden dada por nuestro Capitán, Cristo. Él dejó muy claro: "Id y haced discípulos". Lamentablemente, esta orden ha sido ignorada por diversas razones. La primera es la desobediencia: muchos cristianos no acatan este mandato directo de Cristo. La segunda es la falta de comprensión: creemos erróneamente que hacer discípulos es una tarea exclusiva de un ministerio dentro de la iglesia o de un comité misionero que debe ir a las naciones. Sin embargo, esta orden es mucho más profunda. Cada cristiano, sin importar dónde se encuentre, está llamado a hacer discípulos para Cristo. Es una acción continua que debe reflejarse en nuestra forma de vida y en nuestro actuar diario. La misión de hacer discípulos no es solo un programa eclesiástico, sino una responsabilidad de todo creyente. La Palabra nos instruye a sumergir a los nuevos discípulos en la doctrina cristiana, en la verdad de la Trinidad: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Si no vivimos con la intención de hacer discípulos, estamos desobedeciendo el mandato de Cristo. Por lo tanto, es vital que tomemos en serio esta orden que se nos ha dado de manera directa y exclusiva. Debemos cumplir esta tarea con nuestro estilo de vida. Que las personas a nuestro alrededor deseen seguir a Cristo al ver nuestro testimonio. A esto le llamo discipulado relacional: hacer discípulos de manera continua a través de nuestra vida diaria. No se trata solo de estrategias para el crecimiento de una congregación, sino de obedecer el mandato de nuestro Maestro. Así que no hay más que decir, sino simplemente obedecer la orden: ir y hacer discípulos. ¡Que Dios les bendiga, amados hermanos! Pastores Marroquín

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