Romanos 3:25 ...a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados... Jesús es la ofrenda perfecta, sacrificada por nuestros pecados. Cuando hablamos del sacrificio que Jesús hizo en la cruz del Calvario, tenemos que remontarnos al Antiguo Testamento, cuando era ofrecida una ofrenda de propiciación por los pecados del pueblo. Precisamente eso fue lo que Jesús vino a hacer en la cruz: presentarse como una ofrenda a Dios para expiar todos nuestros pecados. El texto de hoy claramente nos muestra esto. Nos dice que Dios puso a Jesús, dando a entender que fue voluntariamente que Él ofreció su vida en sacrificio. Luego dice que fue para manifestar su justicia, lo cual significa que Dios estableció la pena por el pecado, y declaró que todo aquel que pecare debía morir. Por eso la muerte de Jesús en la cruz también manifestaba la justicia de Dios, pagando el precio justo por todos nuestros pecados. Más adelante el texto nos habla de su misericordia, su bondad y su gran amor, diciendo que pasó por alto los pecados pasados. ¿Te das cuenta del gran alcance del sacrificio de Jesús? Perdonó los pecados pasados, presentes y futuros de todo aquel que se acerque confiando en ese sacrificio que Él ofreció. En esa ofrenda de propiciación presentada delante de Dios, está nuestra esperanza. Estimado lector o escucha, no sé cuánto puedas comprender la magnitud del sacrificio de Cristo, pero ahora mismo tú puedes disfrutar de su gracia, de su amor y de su bendición. No hay nada más maravilloso que aceptar ese sacrificio que Jesús ofreció en la cruz del Calvario. Porque eso es lo que nos da la seguridad de la salvación: creer en Jesucristo como nuestro Salvador, invocarlo por nuestros pecados, pedirle perdón e invitarlo a entrar en nuestro corazón para que viva con nosotros. No como el Cristo crucificado, sino como el Cristo resucitado. Estimado hermano o amigo: es necesario que nos acerquemos a Jesucristo para alcanzar el perdón de nuestros pecados. De lo contrario, estamos condenados a muerte, que es lo que todos nosotros, como pecadores, debemos pagar. Sin el sacrificio de Cristo no podemos acercarnos a Dios. Él es el único que puede darnos la salvación, porque Jesucristo fue la ofrenda perfecta por nuestros pecados. ¡Que Dios les bendiga, amados hermanos! Pastores Marroquín

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