Humillarnos ante Dios nos enaltece

11/06/2025 3 min Temporada 6 Episodio 9
Humillarnos ante Dios nos enaltece

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Síntesis del Episodio

Dios Y Yo S. Lucas 18:14. Os digo que este descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido. La humildad Es una virtud que solo los grandes la pueden tener. Esta es una declaración que nos hace ver la importancia de la humildad en el ser humano, y la humildad no quiere decir bajeza, sencillez o timidez, la humildad no quiere decir pobreza, la humildad es el acto más sublime, que el ser humano puede adoptar. Pero la humildad es el reconocimiento, de quién realmente nosotros somos, y quién es Dios. La humildad tiene que ver que nosotros no tomamos el lugar de nadie, sino el que nos corresponde, la palabra nos dice; Que nadie tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, esto también es humildad el cual es dada por Dios. La humildad tiene que ver con el reconocimiento, de quién es Dios y quién soy yo. Podríamos seguir argumentando sobre la humildad, pero el texto de hoy nos dice claramente; Quién es el que sale ganando, no es el soberbio, sino el humilde, no es el que hace valer su opinión, sino el que reconoce, que el más grande siempre es Dios. No es aquel que viste harapos y anda por la calle, con una actitud de fracaso, el humilde es aquel, que sabe poner a Dios sobre todas las cosas. El texto que hoy estamos compartiendo con ustedes, toma un ejemplo de algo que estaba sucediendo en ese momento, de alguien que hacía alarde de su vida espiritual, diciendo que él era muy bueno, y que cumplía todos los ritos que la ley les mandaba. Pero a la par de él se encontraba, un pobre hombre pecador, así se describe él precisamente, en cuanto a su condición espiritual; Pobre hombre pecador, golpeándose el pecho y diciendo que él era culpable, y que no tenía nada que darle a Dios, más que su vida. Al final el texto termina diciéndonos, quién descendió más satisfecho, y nos dice que aquel que se humilló delante de Dios, fue el que regresó con más satisfacción. Luego nos dice que el que se humilla será enaltecido, y el que se enaltece será humillado. Este versículo lo he denominado; La fórmula perfecta, si me humilló Dios me enaltece, y si me enaltezco, Dios me humilla. Por lo tanto humillarme delante de Dios, será mi consigna en esta vida, y espero la suya también. Porque la palabra nos recuerda, que el que se humilla será enaltecido. Que Dios les bendiga amados hermanos. Pastores Marroquín