Escuchar "Afanarse es malo"
Síntesis del Episodio
Dios y Yo S. Mateo 6:25 Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? El afán es el causante de muchas enfermedades en la raza humana. Razón tenía Jesús cuando advirtió a sus seguidores que no deberían afanarse por su vida, porque el afán provocaría serios problemas en la vida del ser humano. El afán es la preocupación excesiva por abastecer las necesidades básicas que el cuerpo humano necesita: alimento, techo y abrigo. Pareciera necesario esto en el ser humano, y sí que lo es, pero la Palabra nos dice que no debemos preocuparnos, sino confiar en la provisión de Dios para sus hijos. La palabra "preocupación" es una palabra compuesta: pre-ocuparse. Esto nos está diciendo que significa ocuparse antes de que las cosas ocurran. Por ello, nosotros no debemos preocuparnos, sino ocuparnos y confiar en la provisión divina siempre. Nuestra preocupación debería estar basada en agradar a Dios con nuestros actos. Esa preocupación de obtener las necesidades básicas para nosotros, pues, dejémosla a Dios. La Palabra nos dice que Él se encargará. En vez de preocuparnos de manera afanosa, deberíamos confiar en la provisión de Dios. Esto no quiere decir que nos vamos a cruzar de brazos esperando únicamente que del cielo caiga toda nuestra provisión. Esto quiere decir que nuestra preocupación va a disminuir, y vamos a colocar nuestra esperanza en Dios. Aunque tengamos que trabajar para adquirir todas estas necesidades básicas, nuestro afán será agradar a Dios con nuestras vidas. Estimado lector o escucha, no sé cuántas veces usted se ha afanado sobremanera, y al final no puede arreglar nada con el afán. Alguien ha dicho por allí que, si usted tiene deudas, lo menos que puede hacer es preocuparse sobremanera por las deudas que tiene. Porque la preocupación lo que hará es que usted sea menos productivo, y la deuda se agrande por no estar produciendo. Por ello, ante alguna situación difícil, lo que tenemos que hacer es confiar en Dios, esperar en Él, pero ponernos a trabajar. Siempre viene a mi mente esta escena: cuando el pueblo de Israel estaba a la orilla del mar Rojo, guiado por Moisés, Dios les dijo: ¿Qué hacéis allí quietos? Levántense y caminen. Al acto de levantarse y caminar, la provisión de Dios vino, su poder se manifestó, y el mar Rojo se abrió. Es lo mismo que tenemos que hacer nosotros ante cualquier situación difícil: levantarnos y caminar. No con afán, sino con fe en el poder maravilloso de Dios. Porque el afán es el causante de muchas enfermedades en la actualidad. Por ello, confiar en Dios es lo mejor, recordando que afanarse es malo. Que Dios les bendiga, amados hermanos. Pastores Marroquín
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