La ausencia del padre deja vacíos en cualquier persona, igual la ausencia de la madre. Esta ausencia puede ser física o emocional.
Este vacío sentido por el hijo, lo percibirá como una “herida del alma”, sea como abandono, humillación o de otras diversas maneras. Desde la psicología humanista lo entiendo a través de dos mecanismos defensivos:
Proyección e introyección
El hijo es la proyección del padre o el padre introyecta en el hijo
La proyección es rechazar lo interno conflictivo y ponerlo afuera
La introyección es incorporar lo externo como si fuera propio y se evita la responsabilidad de los actos.

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