Este día la energía es para recordar que el ceder es resultado de la humildad, y que es un elemento esencial de la resiliencia. Esta flexibilidad nos permite acomodarnos para enfrentar los vientos, de una forma parecida a los juncos. La resiliencia humana abarca una cierta medida y espacio, pero la que proviene de nuestro Espíritu Divino, es ilimitada.Mantenerse firme sin ceder, puede ser a veces una fórmula para la auto destrucción. Podemos observar ejemplos de este movimiento de energía en la naturaleza, ciertos árboles como el roble, carente de la habilidad para flexibilizarse frente a un huracán, es arrancado de raíz; mientras que otros como la palmera o la caña, que en cierta medida ceden y se arquean ante los vientos, sobreviven sin problemas.Esta habilidad de humildad dentro de la persistencia, nos facilita el poder permanecer en el intento, sin vanagloriarnos o sentirnos “superiores” a quienes no han perseverado de la misma forma. Este ejercicio nos iguala, de nuevo a cualquier otro Ser, tan aprendiz como maestro de su propia perseverancia.La humildad en la perseverancia, y la perseverancia en la humildad (que trabajaremos la semana entrante), son los dos pilares que sostienen todo nuestro trabajo espiritual. Así como nuestras dos piernas, sostienen ambas todo el cuerpo, siempre van juntas y se complementan al avanzar en cada paso.Recordamos que esta semana hemos estado calibrando el lado izquierdo de nuestro cuerpo, pierna izquierda y pié izquierdo, que son operados por el hemisferio derecho del cerebro, nuestro lado creativo, motivador, receptivo, conectado con el misterio, con la fuerza interior, nuestro lado espiritual.La determinación a la que nos referimos es alimentada por esa fuerza interior, unida al infinito de posibilidades. Este ejercicio es para sentir el humilde conocimiento y reconocimiento de que la capacidad para sobreponerse y transformarse proviene de eso Divino, de ese Misterio, de Esa alma o espíritu que Somos cada Uno. Y que desde esta misma Fuente de energía, nos hacemos ser lo suficientemente flexibles como para amoldarnos y adaptarnos ante lo que sucede, al mismo tiempo que sostenemos la firmeza necesaria de la perseverancia.Hoy, aprovechamos la energía para mostrar humildad cuando persistimos, y sobre todo, cuando ganamos, triunfamos y logramos aquello por lo que hemos perseverado, la semana entrante seguiremos trabajando en sostener esta humildad.Pregúntate a ti mismo:¿Sé cuándo ceder o me mantengo por no dar mi brazo a torcer?¿Cedo por comprensión y fortaleza o por enojo y miedo?¿Que tan frecuentemente siento miedo de ceder?¿Atribuyo mi éxito solamente a mi propia fuerza y determinación?¿Estoy convencido de que soy omnipotente en virtud de mi grado de determinación?¿De dónde obtengo mi fuerza cuando todo parece desolado?¿Me siento unido a la Fuente divina?¿Cuándo logro aquello por lo que perseveré, me siento “superior” a otros que no perseveraron de la misma forma? ¿O me siento igual a cualquiera?¿Siento agradecimiento cuando estoy persistiendo frente a dificultades?¿Hay dolor o alguna sensación en el lado izquierdo de mi cuerpo, pierna o pié?Ejercicio del día:Cuando despiertes, reconoce a la Vida, Divinidad (Dios, el Misterio, Universo, o como le llames) por estar experimentando Este extraordinario Poder y versatilidad para persistir, ante a los desafíos que te ponen a prueba. Esto te permitirá irradiar más energía y fuerza para todo el día.Hoy, reconoce a la Vida, Divinidad, Misterio, en Todo lo que está a tu alrededor, la fruta o verdura que comes, las manos que cultivaron y cocinaron nuestros alimentos, el sol, los vientos, esa persona que te llama, en el amor incondicional de un cachorro, la mirada de un bebé, esa energía, eso que sientes cuando observas desde el Ser humilde, Todo eso es “dios”, la Vida, o el Misterio, aquí frente a ti Todo el Tiempo.Aprovecha para buscar en ti..... continúa en el audio.....

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