La leyenda de Luis Arconada se puede escribir con muchas historias. La de la temporada 1983-84, cuando consiguió dejar su portería a cero en el Ramón Sánchez Pizjuán a pesar de jugar con una grave lesión en el tobillo durante casi una hora es una de ellas. Aquel día, la Real venció al Sevilla por 0-3 gracias a la determinación de un Arconada que se amoldó a las circunstancias, cambió incluso su forma de parar y sostuvo al equipo de Ormaetxea para que pudiera machacar a su rival en una segunda parte de enorme brillantez ofensiva.

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