Los muros de Atotxa quedaron en silencio al acabar la temporada 1992-93, pero en una campaña que no dejó demasiadas alegrías a la parroquia txuri urdin sí hubo una noche memorable, que pudo serlo aún más, pero que dejó un sabor de boca inolvidable a las noches coperas en el viejo estadio de Duque de Mandas. El Real Madrid se las prometía muy felices con el 4-0 de la ida de la eliminatoria que enfrentó a la Real con el conjunto blanco, pero el equipo realista murió en Atotxa con las botas puestas y estuvo a punto de protagonizar una remontada que habría sido histórica. Solo le faltó un gol para forzar una impensable prórroga, gol que marcó, pero que el árbitro anuló por no dar la ley de la ventaja. Alkiza en tres ocasiones y Alaba firmaron el 4-1 que supuso la última batalla de Atotxa.

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