Abro la billetera para pagar, y veo la punta de un papel
que me llama la atención.
Lo saco y leo.
“Que vértigo el sentimiento” reza en esa letrita negra.
Me había olvidado que eso estaba ahí.
Siempre me olvido que está eso ahí.
Capaz lo hago a propósito.
Porque me encanta reencontrarme siempre
con ese corazón de papel madera.
Hoy me hace un ruido particular, y creo que se por qué es.
Conocí a una piba hace un tiempo.
Me cae bien, y creo que me gusta incluso.
Pero no solo me gusta.
Me pasan una bocha de cosas.
Hace que me den ganas de ponerme borracho con ella.
De birra o vino, de poesía, de abrazos o de amor.
“Que vértigo el sentimiento”.
Que vértigo poder sentir algo a esta altura del partido,
cuando uno da por cerrado el corazón y el sentimiento mismo.
Y de repente, aparece ese corazón de papel madera que me mira
como un recordatorio de que a veces hay que volver a sentir.
Y esta bueno.
Esta re mil bueno.
Porque, aunque me duela, me sirve.
Hay recordatorios que son como una patada en el pecho.
Y que nos hacen seguir adelante.
Aunque duela.
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Juani Ramirez - Cuervo de Tinta

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