Y EL AMOR ESPERA…

Siempre entro en los cementerios con la parsimonia
de aquel que cree que la muerte no existe,
que son garajes donde se guardan las cascaras de aquellas
almas que han huido a ese lugar que todos desean.

No hay dolor alguno, lo gritan a voces imágenes
de aquellos que creemos duermen aun tras de las paredes,
sonrisas felices de rostros impresos, grabados en mármol
para que persistan esas alegrías de no estar entre los que vamos a traer recuerdos del tiempo con ellos.

¡Que triste la noche entre tanto ángel y tanta figura que no dicen nada, hay sombras que esperan a que vuelva el sol y les amanezca hacia la mañana que mancha colores al llegar el alba desde el día anterior, se duerme la luna con miles de sombras, se nace la luz y despunta el sol para calentar la frialdad del mármol que lleva mi nombre.

Se abren las puertas y el flujo de gentes se espera
solo en ese día, ese de los muertos o de los difuntos
como dicen ellos, ¡ay! cuando se enteren que no existe la muerte, que gastan el dinero en las baratijas que nunca nos dieron y en miles de flores que nunca adornaron talamos, salones, ni los comedores cuando compartieron vida con nosotros.

Oigo carcajadas de quien me acompaña,
tañer de campanas de sus alas blancas.

Todos nos morimos bajo las escamas que tiene la piel
y nos renacemos sobre plumas blancas tras de ese momento.

El amor espera el lugar que antes perdimos en vida por nuestros defectos.

Chema Muñoz©

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