LA VOZ QUE FUE UN SUSPIRO-6

La mirada allá desnuda, lejos, como en ultratumba donde las voces rescatan los silencios, y bostezan esperando el encuentro de las aguas cristalinas que descubren los recintos que a veces son de esmeralda.

Las tardes cuando el calor se abrazaba a las esquinas rezumándose el vapor que sale de las paredes y que guardan los recuerdos de todo, de las mujeres charlando, refrescándose el botijo para saciarse la sed, desafiante la sombra de ese desierto que se nacía a la tarde.

Se oyen canciones antiguas aderezando el trabajo mientras bailan los bolillos remangando los refajos, ora se cuentan historias de la juventud pasada, de los amores que han muerto, de los secretos de todos, desbordándose las risas bajo la sombra del ala de la puerta que se entorna somnolienta, abanica la cortina que deja la puerta abierta y las moscas se entretienen
jugando con golondrinas.

Pasa el tiempo, todo pasa, el campo se amarillenta, la siega espera el momento cuando el sol va de camino de dormir sobre la era, y la vida nos da un giro y nos lleva de esa forma delirante, clavando espinas al viento, cálido,
desesperante cuando no te deja hablar, esta seca la garganta la palabra fugitiva, las miradas hablan solas mientras los bolillos cantan y bostezan las mujeres.

Es hora de irse pa dentro esconderse del calor allá adentro del patio, los recuerdos que en la acera se cuentan entre vecinos, son las venas
de los pueblos, alimentos de alacenas, se van oyendo ladridos, mañana será otra tarde, nos vemos a los bolillos, pasa el tiempo, todo pasa por que el tiempo es un suspiro.

Chema Muñoz©

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