LA VOZ QUE FUE UN SUSPIRO-21

Ya son 21 los siglos de tiempos desde el principio
en los que se nos hablaba de cobardes, de felones,
de escondrijos para ratas, de penas para ladrones,
de donde pagar delitos cometidos a diario,
con la cara por delante riéndose de las leyes
y riendo por detrás, con breviario en las manos,
la mente en obscenidades, y el dinero de los otros
llenándoles los caudales ganados entre las sombras,
a traición y con las dulces mentiras con que tratan criminales.

Son ya muchas ocasiones de esconder esos instantes al tedio,
a infidelidades, a siempre olvidar las vergüenzas de próceres,
de reventar con acero y obligar a la verdad a vivir en catapultas,
degenerar la esperanza hasta hacerla convertir en la esclavitud
de un pueblo.

Somos muchos enemigos del enemigo primero, de cadenas,
cementerios que os esperan por buscar siempre ese daño
que en el silencio cobarde se ha dado a generaciones,
tirándoles a la cara vuestra culpa primigenia haciéndolas suyas
siendo inocentes silencios sus respuestas humilladas y al desprecio,
encomendándose a un Dios confiando que el verdugo fuera ciego
o un triste trazo de viento y su mano desviada a no dar golpe certero.

Todo se vuelve suspiro, la muerte, la vida, el miedo,
y la cobardía engorda se crece cuando la sombra aparece
para cubrir las miserias que tienen sus corazones,
sin importar las razones, son adiestrados al daño,
aquellos que desde siempre fueron echados del cielo,
arrojados al averno, hoy se visten con corbata, sotana,
viviendo de nuestro trabajo, del esfuerzo, del sudor,
del orgullo, la miseria de la suciedad del mundo
que ha sido creada por ello, esos cobardes, cabreros,
esclavos del mal, sobreros del reparto que un día de los principios
hizo en esta tierra el cielo.

Chema Muñoz©

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