LA VOZ QUE FUE UN SUSPIRO-19

Desnudo en tormentas, siendo sombra,
desnuda la sombra siendo aire, desnudo el aire,
desnudo el vientre, desnuda la lengua, desnudo balcones
y así voy desnudando casi sin querer la maledicencia
de voces vacías con discursos muertos, con sus alcancías
hasta rebosar de sangre de muertos que se han escondido
tras de las palabras dichas en discursos, discursos vacíos,
como el agua muerta llena de gusanos y su soledad.

Se desnuda el frio que tragan demonios bajados a tierra
desde los dominios que se tragan llamas y el dolor de otros
siéndose el placer de comer la carne de aquellos que arañan
los ciclos lunares, por no ver la luz, no poder vivir si ser en lo oscuro
tras de la mentira que nace en abismos, tras de pensamientos
siempre en los cuchillos, haciendo ese mal que hacen los cuclillos,
son como las hienas comiendo la carne, carne de sí mismos,
podrida y eterna, son como el castigo dado por los dioses,
son como un sudario entre los despojos de su podredumbre.

Desnudos desiertos de otros planetas donde sucedieron esos cataclismos
que crean felones, destrozando libros repletos de historias,
olvidando historias, ahogando el futuro con guantes de seda,
su propio presente, dejando la vida desierta, en arena seca,
dándole la mano a otro mundo muerto cubierto de sal,
desnudo, en tormentas, dejando la vida de nuevo en la sombra,
a otro universo muerto en la soledad.

Y el mal se desvive por trazar cenizas, romper eslabones,
despedir canciones con espada en mano, cabalgar lo absurdo,
conseguir la nada destrozando todo, ama la locura, odia la verdad,
su único deseo seguir consagrando el mal por el mal.


Chema Muñoz©

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