V. Aquellos de la humanidad que están predestinados para la vida, Dios, antes de la fundación que se pusieran los cimientos del mundo, de acuerdo con su consejo y propósito eterno e inmutable, y el secreto y beneplácito de su voluntad, ha elegido en Cristo para la gloria eterna de su pura gracia libre y amor, sin ningún tipo de previsión de la fe o las buenas obras, o la perseverancia en cualquiera de ellos, o cualquier otra cosa en la criatura, como las condiciones o causas que lo muevan para ello; y todo es para la alabanza de su gloriosa gracia.

VI Como Dios ha determinado a los elegidos para la gloria, así él, por el propósito libre y eterno de su voluntad, ha preordenado todos los medios para ello. Por tanto, los que son elegidos, estando caídos en Adán, son redimidos por Cristo, son eficazmente llamados a la fe en Cristo por su Espíritu obrando en su tiempo, justificados, adoptados, santificados, y se mantienen por su poder, a través de la fe, para la salvación.
Tampoco nadie mas será redimido por Cristo, eficazmente llamado, justificado, adoptado, santificado y salvado, excepto sólo los elegidos.

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