Escuchar "¿Cómo usar bien el carril de aceleración y deceleración?"
Síntesis del Episodio
¿Cómo usar bien el carril de aceleración y deceleración? ¿Qué son los carriles de trenzado y cómo usarlos con seguridad?
-El carril de aceleración es el ramal que te permite incorporarte a una autopista o autovía alcanzando la misma velocidad que lleva el tráfico de la vía principal. Úsalo completo: acelera con decisión, mira lejos, comprueba espejos y ángulo muerto, señaliza con antelación y elige el hueco sin obligar a frenar a quienes ya circulan (tienen prioridad). Evita pararte en el carril de aceleración salvo emergencia; si el flujo es denso, adapta la velocidad y practica el «efecto cremallera» dejando y aprovechando huecos con cortesía.
El carril de deceleración es el ramal para salir de la vía rápida reduciendo velocidad fuera del carril derecho principal. Señaliza la salida con tiempo, desplázate al carril derecho cuando corresponda y no frenes fuerte aún: la reducción se hace ya dentro del carril de deceleración, de forma progresiva y previsible. Respeta líneas continuas y flechas de preaviso; si te has pasado la salida, sigue hasta la siguiente, nunca cruces a última hora. Mantén distancias y atención a vehículos más lentos o a los que se incorporan a glorietas o enlaces.
En algunas autopistas y autovías te encontrarás con un tipo de carril que combina, en un mismo espacio, la aceleración para entrar y la deceleración para salir: son los carriles de trenzado. Se instalan donde no hay espacio para construir accesos y salidas independientes, y su longitud efectiva máxima es de 1.500 metros. Por ellos confluyen vehículos procedentes de dos flujos distintos en el mismo sentido, lo que implica cruces de trayectorias: unos aceleran para incorporarse a la vía principal mientras otros reducen para abandonarla. Esa coexistencia de maniobras opuestas es lo que los hace especialmente complejos.
Los datos ayudan a dimensionar el riesgo: en 2020 se registraron 57 accidentes con 87 víctimas en carriles de trenzado en vías interurbanas (2 fallecidos, 5 heridos graves y 81 leves). Los siniestros más frecuentes son colisiones laterales y alcances, precisamente por ese cruce de trayectorias entre quien entra y quien sale.
¿Cómo circular correctamente? Si vas a incorporarte desde el trenzado a la vía principal, compórtate como en cualquier carril de aceleración: progresividad, señaliza a tiempo y respeta la prioridad de quienes ya circulan por la vía principal. En cambio, si continúas por el trenzado para seguir adelante (sin salir aún), tienes prioridad respecto a los que van a abandonar la autovía/autopista; aun así, facilita la salida cuando sea posible. En ambos casos, extrema la observación, adapta la velocidad a la señalización y al flujo, y guarda distancia de seguridad con los vehículos que se incorporan o se desplazan lateralmente.
En horas punta, estos carriles pueden saturarse con tráfico intenso en direcciones opuestas. Además de las reglas clásicas (observar, señalizar, ajustar distancias y velocidades), aplica una quinta norma clave: cortesía. Dejar un hueco o modular el acelerador unos segundos puede desactivar un conflicto y dar fluidez y seguridad a toda la maniobra colectiva.
¿Y si parece haber un conflicto de prioridad? Imagina dos vehículos circulando en paralelo dentro del trenzado: el verde quiere desplazarse a la derecha para incorporarse; el azul quiere ir a la izquierda para salir. Aquí se aplican dos obligaciones de ceder el paso: la del que se incorpora (art. 72 del Reglamento General de Circulación) y la del que cambia de carril con un desplazamiento lateral (art. 74.2). Traducido a la práctica: ambos deben cederse mutuamente. Lo razonable es que quien va a salir levante el pie para colocarse detrás, y quien entra acelere con suavidad para pasar delante. Educación y sentido común evitarán el choque de “prioridades”.
Descubre el programa completo: https://go.ivoox.com/rf/156970305
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-El carril de aceleración es el ramal que te permite incorporarte a una autopista o autovía alcanzando la misma velocidad que lleva el tráfico de la vía principal. Úsalo completo: acelera con decisión, mira lejos, comprueba espejos y ángulo muerto, señaliza con antelación y elige el hueco sin obligar a frenar a quienes ya circulan (tienen prioridad). Evita pararte en el carril de aceleración salvo emergencia; si el flujo es denso, adapta la velocidad y practica el «efecto cremallera» dejando y aprovechando huecos con cortesía.
El carril de deceleración es el ramal para salir de la vía rápida reduciendo velocidad fuera del carril derecho principal. Señaliza la salida con tiempo, desplázate al carril derecho cuando corresponda y no frenes fuerte aún: la reducción se hace ya dentro del carril de deceleración, de forma progresiva y previsible. Respeta líneas continuas y flechas de preaviso; si te has pasado la salida, sigue hasta la siguiente, nunca cruces a última hora. Mantén distancias y atención a vehículos más lentos o a los que se incorporan a glorietas o enlaces.
En algunas autopistas y autovías te encontrarás con un tipo de carril que combina, en un mismo espacio, la aceleración para entrar y la deceleración para salir: son los carriles de trenzado. Se instalan donde no hay espacio para construir accesos y salidas independientes, y su longitud efectiva máxima es de 1.500 metros. Por ellos confluyen vehículos procedentes de dos flujos distintos en el mismo sentido, lo que implica cruces de trayectorias: unos aceleran para incorporarse a la vía principal mientras otros reducen para abandonarla. Esa coexistencia de maniobras opuestas es lo que los hace especialmente complejos.
Los datos ayudan a dimensionar el riesgo: en 2020 se registraron 57 accidentes con 87 víctimas en carriles de trenzado en vías interurbanas (2 fallecidos, 5 heridos graves y 81 leves). Los siniestros más frecuentes son colisiones laterales y alcances, precisamente por ese cruce de trayectorias entre quien entra y quien sale.
¿Cómo circular correctamente? Si vas a incorporarte desde el trenzado a la vía principal, compórtate como en cualquier carril de aceleración: progresividad, señaliza a tiempo y respeta la prioridad de quienes ya circulan por la vía principal. En cambio, si continúas por el trenzado para seguir adelante (sin salir aún), tienes prioridad respecto a los que van a abandonar la autovía/autopista; aun así, facilita la salida cuando sea posible. En ambos casos, extrema la observación, adapta la velocidad a la señalización y al flujo, y guarda distancia de seguridad con los vehículos que se incorporan o se desplazan lateralmente.
En horas punta, estos carriles pueden saturarse con tráfico intenso en direcciones opuestas. Además de las reglas clásicas (observar, señalizar, ajustar distancias y velocidades), aplica una quinta norma clave: cortesía. Dejar un hueco o modular el acelerador unos segundos puede desactivar un conflicto y dar fluidez y seguridad a toda la maniobra colectiva.
¿Y si parece haber un conflicto de prioridad? Imagina dos vehículos circulando en paralelo dentro del trenzado: el verde quiere desplazarse a la derecha para incorporarse; el azul quiere ir a la izquierda para salir. Aquí se aplican dos obligaciones de ceder el paso: la del que se incorpora (art. 72 del Reglamento General de Circulación) y la del que cambia de carril con un desplazamiento lateral (art. 74.2). Traducido a la práctica: ambos deben cederse mutuamente. Lo razonable es que quien va a salir levante el pie para colocarse detrás, y quien entra acelere con suavidad para pasar delante. Educación y sentido común evitarán el choque de “prioridades”.
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