POEMA PARA DIANA

Diana era puro amor.
Y era una gran artista.
Y compartía su arte.
No era nada egoísta.

Diana era especial.
De su sombra se reía.
Fue modelo, fue cantante,
le gustaba la poesía.

Diana te dibujaba
y te sacaba más bella,
pues reflejaba en tu rostro
el resplandor de su estrella.

Era una hija excelente,
buena hermana, buena tía.
Y sus palabras, latentes,
de su alma le salían.

A nadie quiso hacer daño.
A nadie, perjudicar.
Y como el oro en un paño
nos quiso siempre cuidar.

Diana te sonreía
y cantaba un ruiseñor.
Toda ella era alegría
cuando compartía su amor.

Diana se derrumbaba
y se volvía a caer.
Y luego se levantaba
y volvía a florecer.

Dejaba de respirar
si eso te molestaba.
Y regalaba sonrisas
aunque tú... ni la miraras.

Quien cedía era ella.
Y siempre se rebajaba.
Era fuerte aún enferma.
Era, en verdad, un hada.

Dinamarca le atraía.
Era un imán para ella.
Allí mostraba alegría,
y alegre... era aún más bella.

Era mujer solitaria
pero buscaba el amor.
Y lo encontró cierto día,
y ese amor la maltrató.

Diana se equivocó...
como te equivocas tú,
como me equivoco yo.
Pero era todo amor.
Te daba hasta el cielo azul.
Te daba su corazón.

(mirando al cielo)
Queridísima Diana,
ahora me dirijo a ti.
Quiero que sepas lo mucho
que contigo fui feliz.

Tus amigos, tus amigas,
te echan mucho de menos.
La gente que te quería
envía mensajes al cielo.

Has dejado en nuestras vidas
un duro halo de tristeza.
Pero te recordaremos
por tu fuerte entereza.

Te fuiste un día muy lejos
y fue para no volver.
Estás en nuestros adentros.
Te vamos siempre a querer.

Pero hoy un lazo negro
cuelga de mi ventanal.
Un lazo que canta al cielo:
"DIANA, DESCANSA EN PAZ"

* * *
JR Félix de la Rosa
09/09/2010

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