Escuchar "82 Dominio_Propio__Murallas_Internas_para_una_Vida_Plena_y_Segura.m4a"
Síntesis del Episodio
24 DE AGOSTO Proverbios 25:28 Como ciudad derribada y sin muro Es el hombre cuyo espíritu no tiene rienda. El peligro de no poner límites. En la antigüedad, una ciudad sin murallas era muy vulnerable ya que cualquier enemigo podía entrar en ella, robar y destruir sin resistencia. Las murallas no solo daban seguridad, sino también identidad y orden. De la misma manera, cuando una persona no tiene dominio propio, queda expuesta a todo tipo de ataques: la ira descontrolada, los deseos desenfrenados, los vicios y las palabras hirientes. Sin “muros de disciplina” el corazón queda abierto a decisiones impulsivas que después traen dolor. 2 Pedro 1:5-8 dice: "vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo" Luego, vemos que como creyentes debemos crecer en esto, para poder avanzar en nuestra vida cristiana. La fuerza necesaria para hacerlo no depende de nosotros, sino la Gracia que Dios nos da cuando nos rendimos a Él. La templanza no significa reprimir lo que sentimos, sino permitir que el Espíritu gobierne nuestras emociones y reacciones. El enemigo busca ciudades sin murallas y vidas sin freno, pero Dios quiere levantarte como una ciudad fuerte y protegida, donde Su paz habite y Su gloria se refleje. ¿Qué áreas de tu vida necesitan “muros de dominio propio”? ¿Permites que tus emociones y deseos te gobiernen, o que lo haga en Espíritu Santo? Proponte hoy rendir tu vida a Dios. Oración: Ven delante de Dios y pídele que te dé dominio propio para no vivir como una ciudad sin murallas. Pídele también que te fortalezca para resistir las tentaciones, controlar las emociones y actuar con sabiduría. ¡Que tu vida sea un lugar seguro donde su presencia reine! Dios te bendiga. ¡Que tengas un buen día! Amén. DTA