Ya es hora, dicen propulsores de ley, los productores piden más tiempo para el análisis.
Una conversación con Joaquín Barnoya, Coordinador de la Coalición Guatemala Saludable y con Maria Fernanda Rivera, directora de la Cámara Guatemalteca de Alimentos y Bebidas -CGAB.
Por un lado la Coalición dice:
La alimentación saludable es un derecho a la salud y el etiquetado frontal es una medida de salud pública que informa a los consumidores y ayuda a identificar productos ultraprocesados de poco valor nutricional. Además, protege principalmente a los niños y adolescentes expuestos a la publicidad y al consumo elevado de productos ultraprocesados.
Las enfermedades no transmisibles relacionadas con la alimentación (ENT-RA) (obesidad, diabetes, hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares, varios tipos de cáncer), depresión y la mortalidad por todas las causas tienen como uno de los principales factores de riesgo el consumo de productos ultraprocesados y procesados. En la región centroamericana el sobrepeso y la obesidad afectan al 53,9 % de hombres y 60,8 % en mujeres. Sumado a esto, la prevalencia de hipertensión arterial afecta a un 22% de adultos centroamericanos y la Diabetes Mellitus tipo 2 (DM2) al menos al 9%.
Por el otro la CGAB:
Propone crear nuevas tasas impositivas de entre 10 a 35% sobre el costo de producción o de importación para los alimentos procesados, lo que provocaría un inminente aumento de precios.
Esta iniciativa crea 6 diferentes sellos negros de advertencia visibles al frente del empaque de los alimentos, indicando los ingredientes que contienen en “exceso” los alimentos, pretende legislar que, por cada sello de advertencia, el productor o importador deberá pagar tasas impositivas.
Este sería un duro golpe a la economía familiar, afectando los ingresos para adquirir diversos productos alimenticios.

Ver todos los episodios