¿Te lo has preguntando?
Hacemos hasta lo imposible para evitar sentirlo, incluso nos hacemos daño, claro cómo el daño es paulatino y de poco en poco creemos que hacemos “lo correcto” hasta buscamos miles de justificaciones y al final de cuentas el dolor es inevitable en algunos casos. Yo hasta podría decir en mi experiencia propia que fue necesario, me ayudó a entender que no debo aferrarme pero también a permitirme ser un poco vulnerable, me ayudo a madurar y a comprender que es peor albergar en mi corazón el miedo que paraliza y trunca los sueños convirtiéndolos en pesadillas.
El dolor puede ser muy intenso pero siempre, no importa cómo ni cuando, siempre pasará.
Ahora entiendo que también existen diferentes caminos para aprender y crecer, no se trata de sufrir y estar en un constante infierno, solo se trata de disfrutar cada día de la mejor manera posible, por supuesto valoro más los momentos felices. Ojalá que tu también lo hagas.
Mis mejores deseos.

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