Para poder tener relaciones saludables tenemos que aprender a establecer límites, se lee complicado porque generalmente hacemos lo que los demás esperan de nosotros para evitar conflictos o tener que dar explicaciones. Terminamos comprometiéndonos con situaciones que nos drenan, asistiendo a eventos en los que no queremos estar y atrayendo personas a nuestras vidas que no son los que resuenan con nuestra verdadera esencia. Para evitar esta cadena de eventos desafortunados solo tenemos que aprender a usar adecuadamente dos palabras. SI y NO.  Es simple pero nos gusta complicarnos, nos encanta hacernos historias de lo que va a pensar el otro cuando escuche nuestra respuesta, vamos regalando SI a otros y sin notarlo nos estamos dando un gran NO a nosotros mismos. La otra cara de la moneda es aprender a aceptar la respuesta del otro sin imprimirle una historia complicada y sin maltratar nuestra autoestima en el proceso.
Se nos hace complicado poner limites a los demás porque no sabemos ponernos a límites a nosotros mismos lo que genera que nos enganchemos en dinámicas en las que damos más de lo que tenemos o pidamos más de lo que debemos. Ninguna de las dos es saludable en ningún tipo de relación y en este episodio vamos a hablar de las historias que se esconden detrás de los límites que no colocamos.
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