En la comodidad nada nos perturba, no hay desafíos y tampoco aprendizaje. Los seres humanos tenemos la tendencia a huírle a la incomodidad porque ella es sinónimo de dolor, de molestia, es ausencia de placer y descrita de esta forma ¿Quién querría buscarla voluntariamente?
Desde que nacemos estamos cambiando, creciendo física, mentalmente y quiero creer que todos estamos creciendo espiritualmente también; en medio de estos cambios hemos experimentado diferentes niveles de la tan poco estimada incomodidad, hemos construido nuestro sentido de seguridad llegando a un punto en el que todo parece estar resuelto y ya no es necesario seguir buscando algo más. Ese es el final de la historia, cuando crees que ya no hay nada más en el mundo para ti, no hay algo nuevo que aprender, una ciudad que conocer, gente nueva con quien hablar tu historia termina y si estas vivo en un cuerpo humano dudo mucho que quieras que tu historia termine.
Todo sueño que quieras alcanzar, cada meta que quieres construir tiene un proceso, en ese proceso te vas a encontrar con muchos episodios incómodos en los que una de tus reacciones va a ser huir. De tu capacidad de soportar la incomodidad, de sostenerte en medio de la molestia depende la posibilidad de traer a tierra tus sueños.
Este episodio me enfrentó con uno de mis miedos y me hizo darme cuenta que había otra cosa mas profunda detrás de el.  Acá les dejo el episodio 28 y espero que sea tan esclarecedor para ustedes como lo fue para mi.
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