En una entrevista exclusiva en el programa “Cada Tarde”, el economista y analista geopolítico Dr. Rafael Marrero ofreció una evaluación detallada sobre la reciente reunión entre el presidente estadounidense Donald Trump y el mandatario chino Xi Jinping, celebrada el pasado 30 de diciembre.Según Marrero, este encuentro no fue un hecho aislado, sino el cierre de una estrategia cuidadosamente planificada que buscó reposicionar a Estados Unidos frente a China en los ámbitos económico, tecnológico y de seguridad global.“El resultado de la reunión solo se puede entender si observamos lo que ocurrió en los tres días previos. Fue una cadencia muy bien puesta en escena, estructurada por el representante comercial Jameson Greer y el secretario del Tesoro Art Mercer, dos figuras claves en esta negociación”, .El Dr. Marrero calificó el acuerdo como “histórico”, asegurando que puso “en jaque económico” a China al fracturar su dominio sobre la producción y procesamiento de minerales y tierras raras, recursos esenciales para la industria tecnológica mundial. Estos materiales son vitales para el desarrollo de servidores de inteligencia artificial, teléfonos inteligentes, aviones F-35 y vehículos eléctricos.“En apenas 72 horas, Estados Unidos forzó un realineamiento histórico en Asia y eliminó el monopolio estratégico de Pekín”, señaló el economista. Recordó que China controla cerca del 80 % del procesamiento global de tierras raras, pero que los acuerdos firmados con Malasia (24 de octubre) y Tailandia (25 de octubre) representan el inicio de una red alternativa de suministro que reduce esa dependencia.“Por primera vez en 30 años cae la participación china en el mercado de tierras raras”, destacó Marrero. “Estados Unidos está redireccionando sus circuitos productivos en tiempo real, desplazando más de 180.000 millones de dólares hacia países aliados del sudeste asiático”.Marrero comparó esta estrategia con el “patrón japonés de 2010”, cuando Japón logró reducir su dependencia de los insumos chinos en un 30 %. A su juicio, la Casa Blanca replicó ese modelo con precisión y oportunidad, aprovechando la fragilidad de la economía china.“Trump usó su poder de negociación con precisión quirúrgica, amenazando con aranceles del 100 % sobre un segmento de exportaciones chinas valorado en 300.000 millones de dólares al año, en un momento en que Pekín enfrenta falta de divisas, crisis inmobiliaria y escasa inversión extranjera directa”, explicó.Para el Dr. Marrero, el resultado fue un reacomodo estructural del comercio global y un golpe directo a la hegemonía industrial de China. “Esto no es solo economía: es geopolítica aplicada. Estados Unidos está reconstruyendo un nuevo marco de cooperación productiva con Asia, basado en seguridad y control tecnológico”, concluyó.

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