Nuestra mente genera expectativas de lo que debería ser, y si la realidad no se corresponde con lo que espera, causa sufrimiento.
El dolor (las dificultades, los imprevistos...) es inherente al crecimiento, pero el sufrimiento es optativo. 
Si no esperas nada de nadie,  nada te puede decepcionar. Si lo haces por ti, con un porqué, porque quieres, porque disfrutas, los resultados llegan como consecuencia, pero no lo haces esperando el resultado, si no porque lo que haces te mueve. 
La motivación son los motivos que te hacen pasar a la acción, si no tienes un porqué que te respalda no vas a tener la fuerza que te empuje cuando la situación sea difícil.
No esperes, simplemente actúa conforme a tu motivación y disfruta del camino. 

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