Escuchar "Viernes santo, 2 de Abril de 2021"
Síntesis del Episodio
C.: En aquel tiempo, salió Jesús con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón, donde había un huerto, y entraron allí él y sus discípulos. Judas, el traidor, conocía también el sitio, porque Jesús se reunía a menudo allí con sus discípulos. Judas entonces, tomando la patrulla y unos guardias de los sumos sacerdotes y de los fariseos, entró allá con faroles, antorchas y armas. Jesús, sabiendo todo lo que venía sobre él, se adelantó y les dijo
+: -«¿A quién buscáis?»
C.: Le contestaron:
S.: -«A Jesús, el Nazareno.»
C.: Les dijo Jesús:
+: -«Yo soy.»
C.: La patrulla, el tribuno y los guardias de los judíos prendieron a Jesús, lo ataron y lo llevaron primero a Anás, porque era suegro de Caifás, sumo sacerdote aquel año; era Caifás el que había dado a los judíos este consejo: «Conviene que muera un solo hombre por el pueblo.»
C.: Simón Pedro estaba en pie, calentándose, y le dijeron:
S.: -«¿No eres tú también de sus discípulos?»
C.: Él lo negó, diciendo:
S.: -«No lo soy.»
C.: Uno de los criados del sumo sacerdote, pariente de aquel a quien Pedro le cortó la oreja, le dijo:
S.: -«¿No te he visto yo con él en el huerto?»
C.: Pedro volvió a negar, y enseguida cantó un gallo.
C.: Después, Pilato le dijo:
S.: -« ¿qué es la verdad?»
C.: Dicho esto, salió otra vez adonde estaban los judíos y les dijo:
S.: -«Yo no encuentro en él ninguna culpa. Es costumbre entre vosotros que por Pascua ponga a uno en libertad. ¿Queréis que os suelte al rey de los judíos?»
C.: Volvieron a gritar:
S.: -«A ése no, a Barrabás.»
C.: El tal Barrabás era un bandido.
Y dijo Pilato a los judíos:
S.: -«Aquí tenéis a vuestro rey.»
C.: Ellos gritaron:
S.: -«¡Fuera, fuera; crucifícalo!»
C.: Pilato les dijo:
S.: -«¿A vuestro rey voy a crucificar?»
C.: Contestaron los sumos sacerdotes:
S.: -«No tenemos más rey que al César.»
C.: Entonces se lo entregó para que lo crucificaran.
C: Tomaron a Jesús, y él, cargando con la cruz, salió al sitio llamado «de la Calavera» (que en hebreo se dice Gólgota), donde lo crucificaron; y con él a otros dos, uno a cada lado, y en medio, Jesús. Y Pilato escribió un letrero y lo puso encima de la cruz; en él estaba escrito: «Jesús, el Nazareno, el rey de los judíos.»
C.: Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena. Jesús, al ver a su madre y cerca al discípulo que tanto quería, dijo a su madre:
+: -«Mujer, ahí tienes a tu hijo.»
C.: Luego, dijo al discípulo:
+: -«Ahí tienes a tu madre.»
C.: Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa.
C.: Después de esto, sabiendo Jesús que todo había llegado a su término, para que se cumpliera la Escritura dijo:
+: -«Tengo sed.»
C.: Había allí un jarro lleno de vinagre. Y, sujetando una esponja empapada en vinagre a una caña de hisopo, se la acercaron a la boca. Jesús, cuando tomó el vinagre, dijo:
+: -«Está cumplido.»
C.: E, inclinando la cabeza, entregó el espíritu.
Barrabás
Jesús, no sé con qué cara mirarte.
Soy Barrabás. Ya sé que lo sabes, pero todos se creen que soy el Mesías. Es un problema. Pero es mi nombre. 'Bar' en nuestra lengua, en hebreo, significa hijo. Y 'Abba' es Padre. Soy el hijo del Padre. Así me hago llamar.
Y por eso me han elegido a mí para liberarme. Aunque todos saben que no soy el Mesías. Todos saben que lo eres Tú. ¿Has visto sus miradas? No son capaces de tolerarlo. No pueden soportar tanto amor. Y yo tampoco.
Un amor que me sobrepasa. Y un amor que me ha liberado. No me engaño. Sé que no han sido los sacerdotes los que me han sacado. Has sido Tú.
Estaba en el calabozo, por mis crímenes. Y he escuchado un griterío en el que te nombraban. Ha venido el guardia y me ha sacado. Y te he visto encadenado. Hecho un despojo. Coronado con espinas. La espalda despellejada. Apenas se te ve la piel. Dejas un rastro de sangre. Y nuestras miradas se han cruzado.
El corazón me ha dado un vuelco.
¡Yo no soy el hijo del Padre! ¡Lo eres Tú! Tú, Jesús. Te has entregado por mí. Tú vas a morir por mí. Tú te haces esclavo para liberarme. Literalmente, encadenado y sometido para redimirme. Hundiéndote para sacarme. Muriendo para que yo viva. Lleno de heridas para asumir las mías. Llagado para esconderme en tus llagas. Abrazando una Cruz que me corresponde. Abrazando mi Cruz.
Tú, Jesús, te has agarrado a la Cruz impidiendo que te la quitaran y me la dieran a mí, que soy el que la merece. Te has enterrado para resucitarme. Me has hecho Hijo. Hijo del Padre. Me has reconvertido en Barrabás. El que, gracias a Ti, ya no es un bandido. Ahora es el Hijo del Padre.
+: -«¿A quién buscáis?»
C.: Le contestaron:
S.: -«A Jesús, el Nazareno.»
C.: Les dijo Jesús:
+: -«Yo soy.»
C.: La patrulla, el tribuno y los guardias de los judíos prendieron a Jesús, lo ataron y lo llevaron primero a Anás, porque era suegro de Caifás, sumo sacerdote aquel año; era Caifás el que había dado a los judíos este consejo: «Conviene que muera un solo hombre por el pueblo.»
C.: Simón Pedro estaba en pie, calentándose, y le dijeron:
S.: -«¿No eres tú también de sus discípulos?»
C.: Él lo negó, diciendo:
S.: -«No lo soy.»
C.: Uno de los criados del sumo sacerdote, pariente de aquel a quien Pedro le cortó la oreja, le dijo:
S.: -«¿No te he visto yo con él en el huerto?»
C.: Pedro volvió a negar, y enseguida cantó un gallo.
C.: Después, Pilato le dijo:
S.: -« ¿qué es la verdad?»
C.: Dicho esto, salió otra vez adonde estaban los judíos y les dijo:
S.: -«Yo no encuentro en él ninguna culpa. Es costumbre entre vosotros que por Pascua ponga a uno en libertad. ¿Queréis que os suelte al rey de los judíos?»
C.: Volvieron a gritar:
S.: -«A ése no, a Barrabás.»
C.: El tal Barrabás era un bandido.
Y dijo Pilato a los judíos:
S.: -«Aquí tenéis a vuestro rey.»
C.: Ellos gritaron:
S.: -«¡Fuera, fuera; crucifícalo!»
C.: Pilato les dijo:
S.: -«¿A vuestro rey voy a crucificar?»
C.: Contestaron los sumos sacerdotes:
S.: -«No tenemos más rey que al César.»
C.: Entonces se lo entregó para que lo crucificaran.
C: Tomaron a Jesús, y él, cargando con la cruz, salió al sitio llamado «de la Calavera» (que en hebreo se dice Gólgota), donde lo crucificaron; y con él a otros dos, uno a cada lado, y en medio, Jesús. Y Pilato escribió un letrero y lo puso encima de la cruz; en él estaba escrito: «Jesús, el Nazareno, el rey de los judíos.»
C.: Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena. Jesús, al ver a su madre y cerca al discípulo que tanto quería, dijo a su madre:
+: -«Mujer, ahí tienes a tu hijo.»
C.: Luego, dijo al discípulo:
+: -«Ahí tienes a tu madre.»
C.: Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa.
C.: Después de esto, sabiendo Jesús que todo había llegado a su término, para que se cumpliera la Escritura dijo:
+: -«Tengo sed.»
C.: Había allí un jarro lleno de vinagre. Y, sujetando una esponja empapada en vinagre a una caña de hisopo, se la acercaron a la boca. Jesús, cuando tomó el vinagre, dijo:
+: -«Está cumplido.»
C.: E, inclinando la cabeza, entregó el espíritu.
Barrabás
Jesús, no sé con qué cara mirarte.
Soy Barrabás. Ya sé que lo sabes, pero todos se creen que soy el Mesías. Es un problema. Pero es mi nombre. 'Bar' en nuestra lengua, en hebreo, significa hijo. Y 'Abba' es Padre. Soy el hijo del Padre. Así me hago llamar.
Y por eso me han elegido a mí para liberarme. Aunque todos saben que no soy el Mesías. Todos saben que lo eres Tú. ¿Has visto sus miradas? No son capaces de tolerarlo. No pueden soportar tanto amor. Y yo tampoco.
Un amor que me sobrepasa. Y un amor que me ha liberado. No me engaño. Sé que no han sido los sacerdotes los que me han sacado. Has sido Tú.
Estaba en el calabozo, por mis crímenes. Y he escuchado un griterío en el que te nombraban. Ha venido el guardia y me ha sacado. Y te he visto encadenado. Hecho un despojo. Coronado con espinas. La espalda despellejada. Apenas se te ve la piel. Dejas un rastro de sangre. Y nuestras miradas se han cruzado.
El corazón me ha dado un vuelco.
¡Yo no soy el hijo del Padre! ¡Lo eres Tú! Tú, Jesús. Te has entregado por mí. Tú vas a morir por mí. Tú te haces esclavo para liberarme. Literalmente, encadenado y sometido para redimirme. Hundiéndote para sacarme. Muriendo para que yo viva. Lleno de heridas para asumir las mías. Llagado para esconderme en tus llagas. Abrazando una Cruz que me corresponde. Abrazando mi Cruz.
Tú, Jesús, te has agarrado a la Cruz impidiendo que te la quitaran y me la dieran a mí, que soy el que la merece. Te has enterrado para resucitarme. Me has hecho Hijo. Hijo del Padre. Me has reconvertido en Barrabás. El que, gracias a Ti, ya no es un bandido. Ahora es el Hijo del Padre.
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