Lc 6, 39-42
En aquel tiempo, dijo Jesús a los discípulos una parábola: «¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? No está el discípulo sobre su maestro, si bien, cuando termine su aprendizaje, será como su maestro. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Hermano, déjame que te saque la mota del ojo”, sin fijarte en la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la mota del ojo de tu hermano».


Ciegos

Buenos días Jesús.

Hoy es uno de esos días en los que no te entiendo. Y lo digo con tranquilidad, porque esto empieza a ser frecuente. No sé si los apóstoles estarían como yo, pero insisto, no me preocupa. No quiero entenderlo todo, y no me importa no entender nada. Estoy contigo. Y Tú estás conmigo. Quiero tomar conciencia de ello.

Pero aún así, tengo algunas preguntas. Lo primero, que igual es una tontería, pero, ¿qué es una viga para ti? Igual hace 2000 años era otra cosa, o igual la traducción no es exacta, pero actualmente una viga es un soporte de carga que se utiliza en la construcción, y suele medir varios metros de largo. Y en la parábola, dentro de un ojo… No se si termina de tener sentido. Pero da igual, eso no es tan importante. Lo que me confunde más es el motivo por el que dices lo de hipócritas.

No sé si tengo que esperar a estar bien y sin defectos para ayudar a mi hermano. Porque entonces no ayudaré nunca a nadie. ¿Quién es el maestro, Jesús? ¿Yo? ¿Tengo que serlo? Pues lo llevamos claro.

Perdón, eh, que puede que esté un poco cerrado de mente y simplemente no quiera entender lo que me dices. Es que llevo una temporada un poco dura y me ha sentado mal que hables de correcciones.

Voy a serte sincero. Estoy ciego Jesús. Soy un ciego al que piden indicaciones, y me siento inútil. Así que, si te parece, les vas a guiar Tú. No sé cómo, ni cuándo, pero eres Dios, y sé que puedes. Porque en la parábola, Jesús, se guían entre hermanos. Y Tú, Jesús, eres nuestro hermano mayor.

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