Viernes, 25 de febrero de 2022

25/02/2022 6 min
Viernes, 25 de febrero de 2022

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Síntesis del Episodio

En aquel tiempo, Jesús se marchó a Judea y a Transjordania; otra vez se le fue reuniendo gente por el camino, y según su costumbre les enseñaba. Se acercaron unos fariseos y le preguntaron para ponerlo a prueba: -¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su mujer? El les replicó: -¿Qué os ha mandado Moisés? Contestaron: -Moisés permitió divorciarse, dándole a la mujer un acta de repudio. Jesús les dijo: -Por la dureza de vuestro corazón dejó escrito Moisés este precepto. Pero al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne. De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre. En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo. El les dijo: -Si uno se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio.


Tu matrimonio

Hola Jesús. Gracias. Me he acercado al ver el alboroto, y me he quedado escuchando lo que decías.
Ya te había escuchado alguna vez. Me agrada oírte, en general. Hablas del amor al prójimo, del Reino de los Cielos, de dar plenitud a la ley… Me gusta, de verdad. Pero hoy me has partido en dos.

Te cuento. Me casé hace un año. Y te voy a ser sincero, no puedo más.
Llevaba tres años con mi novia, Danira. Hemos tenido un noviazgo feliz. Nos entendíamos de maravilla, encajábamos perfectamente en nuestras respectivas familias. Casi nunca discutíamos, pero cuando nos enfadábamos, en seguida lo arreglábamos y estábamos mejor que antes del enfado. Hacíamos planes juntos y soñábamos con cómo serían nuestros hijos.
Y hace un año nos casamos, sin muchos ahorros, pero con una ilusión y unas ganas de vivir la vida increíbles.

Pero hace algunos meses que la cosa se empieza a enfriar. Ya no es lo que era. Danira se irrita por todo. Si estoy con mis amigos dice que no paso tiempo en casa. Cuando descanso después del trabajo dice que no paro de vaguear. Y si le digo que en sabbat no vamos a ver a sus padres, se enfada. No sé Jesús, no me imaginaba así el matrimonio.

Pero al escucharte, me he dado cuenta de que no sabía lo que era el matrimonio. Hoy hablabas solo para mí al decir: “Por la dureza de vuestro corazón escribió Moisés aquello”
¿Corazón duro? Sí, y frío. Y abandonado. Y descuidado, porque Danira no piensa en mí.

Decías que “Al principio no era así” ¿así cómo? ¿Como mi matrimonio? Entonces ¿cómo era?
Y continúas: ”Al principio Dios los creó hombre y mujer. Por eso el hombre abandonará a su padre y a su madre para unirse a su mujer” eso es lo que he hecho.
Pero sigues y me rompes: “Y serán los dos una sola carne”

¿Cómo? ¿Una sola carne? ¿Una sola carne es… una… sola carne? ¿Y qué hay de nosotros dos? Y, como si me estuvieras leyendo el pensamiento, insistes: “ya no son dos, sino una sola carne.” Y el hombre se olvida del hombre. Y la mujer se olvida de la mujer. Porque cada uno solo piensa en el otro. Y se convierten en uno. No son dos. Son uno. Porque así lo ha querido Dios. Así lo hizo al principio de la creación. Y así de perfecto es el amor.

Me has roto, Jesús, has roto mi carne, y solo Danira puede arreglarla. Con mi mujer vuelvo a vivir. Sin ella, muero. Porque lo que Tú has unido, que no lo separe yo.