Lc 17, 26-37
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Como sucedió en los días de Noé, así será también en los días del Hijo del Hombre: comían, bebían y se casaban, hasta el día que Noé entró en el arca entonces llegó el diluvio y acabó con todos. Lo mismo sucedió en tiempos de Lot: comían, compraban, vendían, sembraban, construían; pero el día que Lot salió de Sodoma, llovió fuego y azufre del cielo y acabó con todos. Así sucederá el día que se manifieste el Hijo del Hombre. Aquel día, si uno está en la azotea y tiene sus cosas en casa que no baje por ellas si uno está en el campo, que no vuelva. Acordaos de la mujer de Lot. El que pretenda guardarse su vida, la perderá; y el que la pierda, la recobrará. Os digo esto: aquella noche estarán dos en una cama: a uno se lo llevarán y al otro lo dejarán; estarán dos moliendo juntas: a una se la llevarán y a la otra la dejarán; estarán dos en el campo: a uno se lo llevarán y al otro lo dejarán. Ellos le preguntaron: ¿Dónde, Señor? El contestó: Donde está el cadáver se reunirán los buitres.

Cadáver

Fuego. Azufre. Diluvios. Destrucción. Muerte.

¿Qué pasa, Jesús? ¿Qué ocurre? ¿A qué viene todo esto? Estábamos tan tranquilos… Y de repente todo este alboroto.

No sé, parece una mañana tranquila de viernes. He conseguido despertarme pronto. Hoy salgo antes de trabajar. He quedado por la tarde con unos amigos a tomar unas birras y por la noche tenemos cena. No creo que salga, porque mañana tengo boda. Finde completito, como ves. Pero tampoco nada del otro mundo.
Y de repente, me empiezas a hablar de los planes en los tiempos de Noé: que comían, bebían y se casaban. Igual que mi fin de semana, vamos. Parecía todo muy normal con Noé y… PUM! Diluvio. Acaba con todos. Eso es lo que has dicho: Acabó con todos. La verdad es que no lo entiendo. ¿Qué había de malo en lo que cuentas? ¿Qué hay de malo en mi finde? El domingo tenía pensado ir a Misa. Lo digo por si ese era el problema.

Pero es que luego has puesto otro ejemplo, que pensaba que me iba a ayudar algo, pero me ha dejado igual. Los tiempos de Lot. Que no sé quién es Lot, porque a Noé sí que le conocía, pero Lot… Ni idea. Y en sus tiempos comían, compraban, vendían, sembraban, construían… Te vas a reír, pero es que trabajo en el sector inmobiliario. Es como si me lo estuvieras diciendo a mí, y yo sin enterarme de nada. Y en esos tiempos que parecen tan normales: llueve fuego y azufre del cielo y acaba con todos. Otra vez acaban con todos. ¿Qué ocurre, Jesús?

Me dices que me acuerde de la mujer de Lot. Si no sabía quién era Lot, imagínate su mujer.

No sé Jesús. ¿Va a ocurrir todo lo que dices? ¿Es simplemente algo del pasado? ¿Qué me quieres decir con todo esto?

Menos mal, que uno de los que te escuchaba tenía la misma pregunta que yo. ¿Dónde Señor? ¿Dónde ocurrirá todo eso? ¿A dónde vamos? ¿Qué hacemos? Y respondes, a tu manera:

Donde está el cadáver, allí se reunirán los buitres.
Cadáver. Ellos no lo sabían, pero yo sí.
Cadáver muerto en la Cruz.
Cuerpo glorioso en mi vida.
Cadáver.
Muerto. Muerto de tanta vida. Tú eres el cadáver, Jesús. Tú eres el muerto. El muerto que vive. Lo he dicho muy rápido, espera: El muerto que vive. Muerto de tanto amor, que me da la vida. Muerto que me resucita. Cadáver que me insufla su aliento. Cadáver.
Tú Jesús: la respuesta a mi pregunta eres Tú.

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