Mt 9, 9-13

Buenos días Jesús, qué alegría que estés aquí, quería verte para decirte que he puesto por escrito todo lo que ha ocurrido hoy, para recordarlo siempre. ¿Te parece que te lo lea? Dice así:

En aquel tiempo, al pasar vio Jesús a un hombre llamado Mateo sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: «Sígueme». Él se levantó y lo siguió. Y estando en la casa, sentado a la mesa, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaban con Jesús y sus discípulos. Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos: «¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?». Jesús lo oyó y dijo: «No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Andad, aprended lo que significa “Misericordia quiero y no sacrificio”: que no he venido a llamar a justos sino a pecadores».

¿Qué opinas? Me apetecía poner muchos más detalles, como la cara con la que me quedé cuando me llamaste, o el tropezón al salir del mostrador. También podría haber explicado mejor el enfado de los fariseos después en casa, pero creo que no hacía falta más. Quería ponerlo todo de manera muy sencilla, porque así ha sido tu llamada, así es todo lo que veo que haces, así eres Tú, muy sencillo. Tan sencillo, que no parece que seas más de lo que eres. Pareces uno más, y lo eres, pero a la vez no. En fin, que muy muy sencillo.

De hecho, como te decía, tu llamada ha sido así. Primer paso: "Sígueme". Segundo paso: Levantarse. Tercer paso: Seguirte. Y ya está, no tiene más. No me has dado razones de por qué me llamabas, ni yo te las he pedido, no me he planteado qué hacer con mi trabajo, ni he mirado para atrás. Me llamas, te sigo. Me ha encantado que sea tan fácil.

Luego con los fariseos han venido las complicaciones. Primero nos han mirado, se han dado cuenta de quiénes éramos, han empezado a hablar viendo que éramos publicanos, y se han preguntado por qué. Tú, maestro, nosotros, pecadores, ellos, supuestamente justos. Etiquetas, muchas etiquetas Jesús. Elucubraciones, críticas, planteamientos... Pfff, todo eso sí que lo complica. Pero una vez más, Jesús, has respondido de manera tan sencilla que no han sabido qué decir:

"No he venido a llamar a justos, sino a pecadores". Y punto, y no dices por qué, y quien quiera entender que entienda. Y quien busca más, que busque mejor. Y quien quiera seguirme, que me siga.

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