Mt 9,14-17: ¿Es que pueden guardar luto, mientras el novio está con ellos?

En aquel tiempo, los discípulos de Juan se le acercaron a Jesús, preguntándole:
-¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?
Jesús les dijo:
-¿Es que pueden guardar luto los amigos del novio, mientras el novio está con ellos?
Llegará un día en que se lleven al novio y entonces ayunarán.
Nadie echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado; porque la pieza tira del manto y deja un roto peor.
Tampoco se echa vino nuevo en odres viejos; porque revientan los odres: se derrama el vino y los odres se estropean; el vino nuevo se echa en odres nuevos, y así las dos cosas se conservan.

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Ahí están los discípulos de tu primo Juan. Últimamente vienen preguntarte mucho. Me los imagino enviados por Juan, que a tantas cosas tal vez no puede responder.

Los escucho. Se acercan con honestidad de corazón, buscando verdad.

Y es buena su pregunta: ¿Por qué no ayunamos? Nos miramos desconcertados mis hermanos y yo porque no tenemos idea por qué es así.

No entiendo lo que respondes: "¿Mientras el novio está con ellos?" "¿Cuando el novio no esté?" No sé porqué me inunda una felicidad y una tristeza al mismo tiempo...
No lo entiendo, ¿qué significa todo esto?

Algo se mueve en mis entrañas: una desolación, un silencio que invade mi corazón.

¿Acaso eres Tú el novio? ¡Sí! Eres Tú.
¿Te van a llevar? ¿a dónde?
No entiendo cuando hablas así tan críptico, Jesús.

Algo has venido a hacer distinto a lo que siempre se ha hecho.

Es claro que un remiendo de paño que no se ha mojado no case con un manto viejo. ¡Uno fue encogido por el agua y el otro no! Y que si pongo el vino nuevo en odres viejos se rompe.
Ya sabemos eso. ¿Qué quieres decirnos esta vez?

Lo viejo y lo nuevo.
Lo viejo y lo nuevo.
Suena y resuena.

Ahora que lo veo así, pienso en mí.
¿Quién era yo antes sin Ti? ¿Quién soy ahora contigo? Antes, un cobrador de impuestos...
Ahora, un apóstol del Mesías.

La verdad es que si me contaran esta historia no lo creería. No soy más esa persona. ¿Por qué?

La verdad es que dejé de ser yo y me vacié de mi. Pero me siento más yo. ¡Qué extraño es pensar esto!
Soy más yo desde que me vacié de todo lo que era viejo en mí.
Y solo me llené de la novedad que has venido a traer a todos los que estamos aquí.

Viniste a crear una nueva historia en mí llenándome con ese vino nuevo, haciéndome de nuevo, una y otra vez. Pienso en mis hermanos, lo que fuimos y lo que somos.
Seguimos siendo nosotros, pero la vida se ha abierto camino.
Tomas lo viejo y lo haces nuevo, para que podamos permanecer Contigo.

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