Juan (16,23b-28): En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«En verdad, en verdad os digo: si pedís algo al Padre en mi nombre, os lo dará.
Hasta ahora no habéis pedido nada en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestra alegría sea completa. Os he hablado de esto en comparaciones; viene la hora en que ya no hablaré en comparaciones, sino que os hablaré del Padre claramente.
Aquel día pediréis en mi nombre, y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros, pues el Padre mismo os quiere, porque vosotros me queréis y creéis que yo salí de Dios.
Salí del Padre y he venido al mundo, otra vez dejo el mundo y me voy al Padre».

¡Papá..!

Tú no quieres que me guarde nada ¿Verdad Papá? Si al final lo único que quieres es que seamos mejores amigos; Que te cuente todo. Todo, todo. Que te pregunte: Todo. Que te siga, que pase tiempo contigo, que te hable. Que te ame..
Tú no eres como un padre; Tu saliste del padre: Amor reencarnado en hombre; viniste a buscarme. Y ahora vuelves al padre. Tú eres mi padre. Y yo para ti soy…como dice mamá : Tú monería.
¡Papá! ¡Papá!
¡Se te cae la baba conmigo Papá! Me miras como si fuese perfecta y aunque haya veces en las que parezca que no me doy cuenta, cuando me paro a pensarlo: Cuánto me quieres… Cómo me quieres; ¡Tú forma de cuidarme! Tú forma de sonreír al mirarme, cuando extiendes tu mano para tocarme el cachete con tus dedos…
¡A mi también se me cae la baba Jesús! Te quiero tanto…

Soy una mimada. Lo sé: sé que siempre has estado ahí. Detrás de todo, en todos esos momentos en los que te he llamado y has venido corriendo en mi auxilio. Sin hacer mucho ruido… pero yo sabía que eras tú.
Estás en todo. En todos mis « fregaos », mis angustias, mis alegrías. Al menos quieres estarlo; que te deje estar. En todo; Ocuparte de todo; Dármelo todo.

Que tontos somos los humanos Jesús…¿Por qué estamos empeñados en poner distancia contigo? ¿Tanto nos cuesta entenderlo? Mira que nos lo dijiste… «De verdad os digo ». « De verdad ». Lo repites dos veces. Nos lo dices de verdad ¡Qué te pidamos! ¡Qué para eso están los padres! ¡Qué me quieres! Que me quieres Papá… Que vas a ocuparte de todo.
Que tan solo tengo que confiar; Vivir tranquila. Feliz. Con la alegría de que tú estás en todo.

Cuando cierro los ojos… te veo mirarme, y ya no temo a nada: Soy tu monería. ¿Cómo vas a dejar que me pase nada que no sea bueno para mi?

«¿Qué padre o madre de entre ustedes si su hijo le pide pan le dará una piedra? Pues si ustedes que son egoístas saben dar cosas buenas a sus hijos, cuánto más dará vuestro Padre del cielo, cosas buenas, a los que se lo pidan »

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