Lucas (21,34-36): En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Tened cuidado de vosotros, no sea que se emboten vuestros corazones con juergas, borracheras y las inquietudes de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra.
Estad, pues, despiertos en todo tiempo, pidiendo que podáis escapar de todo lo que está por suceder y manteneros en pie ante el Hijo del hombre».

0 Casualidad

Señor , tus palabras no son casualidad; Tú que dices que no se cae un pelo de nuestra cabeza sin que tú te des cuenta… ¿Cómo van a serlo?
Para ti eso que nosotros llamamos casualidad, no existe; Cuando te encontraste con la samaritana en aquel pozo y le cambiaste la vida ¿No fue casualidad verdad? Llevabas horas esperándola al sol.

Que tus palabras sean estas, y no otras, que las esté leyendo en este momento, y no en otro; Nada de eso es casualidad.

Me llaman mucho la atención las de hoy y las quiero intentar entender: Imagino que estás palabras las dijiste en un tono serio, con ápice de alerta ¿No?

Nos dices que tengamos cuidado de nosotros. (Me ha costado pillarlo). Cuidado de nosotros, no sea que se emboten nuestros corazones. ¿Qué quieres decir con embotar? Quitarle percepción a los sentidos o a la voluntad, con borracheras o juergas o inquietudes de la vida. Haces incapie en lo de la vida; Como diciendo: “Hay otro tipo de inquietudes y estas de la vida no merecen la pena.. Porque yo hasta los pelos de tu cabeza tengo contados y no voy a dejar que te pase nada”

También me dices que esté despierta, porque el día llegará como un lazo sobre todos. ¿Por qué un lazo Jesús? ¿Quieres decir que caerá con suavidad, casi sin gravedad? ¿O que nos atará? Debo de estar lista Jesús o eso me pides hoy; Para mantenerme de pie ante ti cuando llegue ese día.

¿Como me recomiendas que me prepare? ¿Tú cómo lo hacías? ¿Como mantenías despejado el corazón? No beber mas de la cuenta en aquellas cenas hasta tarde con tanto vino, o que no se te notase el cansancio o no dejarte llevar por las inquietudes…
Supongo que todo lo reducías a una cosa: « Esto le gustará a Papa?» Y así vivías: Agradando a nuestro padre.

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