En una ocasión, se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos cuya sangre vertió Pilato con la de los sacrificios que ofrecían.
Jesús les contestó: «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos, porque acabaron así? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera.»
Y les dijo esta parábola: «Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: "Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a ocupar terreno en balde?" Pero el viñador contestó: "Señor, déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto. Si no, la cortas."»

La paciencia es la clave del amor

Señor me pregunto cómo actúas cuando tienes prisa. O si tienes prisa. ¿Corres? ¿Gritas? ¿Has llegado alguna vez a abrirte paso entre la multitud, por culpa de la prisa?
No. Jesús no tenía prisa.
Es verdad que no cogías aviones. Ni supongo que habría tráfico en aquel tiempo. ¡Pero tenías tantos amigos! ¡Tantos enemigos! Kilómetros que recorrer, parábolas que contar…Y nunca tenias prisa.

Esta parábola….
Un viñador cavando a su alrededor. Un viñador echando estiércol… Señor, un poco más.

Me imagino a Jesús que nos mira sonriendo, en nuestra lucha y en nuestro pecado. En nuestra sordera. Te imagino sonriendo. Emocionado. Esperando que despertemos. « Papa, un poco más. Solo un poco más. » « Va a despertarse papá y entonces le podré abrazar. »

Jesus. Quieto. Esperando
Paciente.

Luego me miro a mi y me veo corriendo, gritando e incluso empujando. La prisa, el avión, el tráfico. Los amigos y los enemigos. Impaciente. Apresurada dispuesta a atropellar con tal de llegar.
De repente me paro. Jesús es paciente, Jesús no corre ni grita. Jesús espera, y mira la higuera ¡Con tanta ternura! y la riega. Con amor. No con un amor cualquiera. Con un amor paciente, tranquilo…
« Solo un poco más Papá. Déjame amarle un poco más. »

Paciencia,… amor. ¿Acaso hay diferencia ?

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