Sábado, 21 de agosto de 2021

21/08/2021 3 min
Sábado, 21 de agosto de 2021

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Síntesis del Episodio

Mt 23, 1-12 En aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a sus discípulos diciendo: -En la cátedra de Moisés se han sentado los letrados y los fariseos: haced y cumplid lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo que dicen. Ellos lían fardos pesados e insoportables y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar. Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y ensanchan las franjas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias por la calle y que la gente los llame «maestro». Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar maestro, porque uno solo es vuestro maestro, y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo. No os dejéis llamar jefes, porque uno solo es vuestro Señor, Cristo. El primero entre vosotros será vuestro servidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.

No hacen lo que dicen

Qué importante es la coherencia, Señor. Vivir como piensas. Y pensar como vives. Hoy nos vuelves a recordar lo importante que es la humildad. “No os dejéis llamar maestro” porque no somos más que nadie. No damos clase. Como mucho compartimos vida. Que no se enseña. Se vive.

“No os dejéis llamar jefes”
Todos somos hermanos! No hay jefes ni maestros. Todos iguales. Lo sabemos pero a veces se nos olvida cuando empezamos a criticar o nos sentimos mejores que otros y ¡no! No puede ser. No quiero hacer eso con un hermano o hermana. No hay jefes. Tú eres el jefe. Tú nos guías. Tú lo sabes todo.

“el que se humilla será enaltecido”
¿Humillarse? Hasta eso hay que llegar? No vale con la entrega, con darse a los demás y ser bueno? No. Tu siempre pides más. Dar hasta que duela. Dar hasta humillarse. Dar hasta morir. Nunca yo. Siempre Tú. Siempre el otro.

Jesús, que cada día me vaya a la cama cansada y agotada por haberlo dado todo. Con un corazón agrandado por haber amado hasta el final.