Sábado, 16 de Enero de 2021

16/01/2021 5 min
Sábado, 16 de Enero de 2021

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Síntesis del Episodio

Mc 2,13-17
En aquel tiempo, Jesús salió de nuevo a la orilla del lago; la gente acudía a él, y les enseñaba. Al pasar, vio a Leví, el de Alfeo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo:

-«Sígueme.»

Se levantó y lo siguió. Estando Jesús a la mesa en su casa, de entre los muchos que lo seguían un grupo de publicanos y pecadores se sentaron con Jesús y sus discípulos. Algunos escribas fariseos, al ver que comía con publicanos y pecadores, les dijeron a los discípulos:

-«¡De modo que come con publicanos y pecadores!»

Jesús lo oyó y les dijo:

-«No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.»

SÍGUEME

Hola Jesús, soy Leví. El hijo de Alfeo que atendía el mostrador de los impuestos. No sé si te acuerdas de aquel día, uno de tantos que te acercabas a la orilla del lago a predicar. Bueno, uno de esos días pasaste delante del mostrador, me miraste a los ojos y me dijiste: Sígueme. Ese día, cambió mi vida.

Tu mirada. Tu voz. Tu palabra. Todo fue tan rápido y a la vez tan profundo. Que no lo puedo olvidar.

Una palabra, Jesús. No hizo falta nada más. Nunca había tomado una decisión tan rápido. Sin titubear. Sin preguntar. Nada. No necesitaba nada. Tu palabra es tan clara, tan firme, tan intensa. Que atrapa, atrae como un imán. No sé qué es. Puede que una mezcla entre ternura y poder. El mix perfecto para que alguien lo deje todo. Y te siga.

Luego fuimos a mi casa a comer. Yo seguía alucinado contigo. No podía creer lo que acababa de pasar. Y solo acaba de empezar. Comimos con publicanos y pecadores. Todos en la misma mesa. Algo inimaginable. Una vez más, Tú rompías mis esquemas. La verdad que yo estaba un poco tenso por si nos veían juntos. A ver qué iban a decir los vecinos. ¿Y qué pasó? Que nos vieron. Y ahí sí que flipé. Tienes tan claro a qué has venido, que te da igual que te pongan en duda. Dijiste una frase lapidaria: “No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores”. Y es que es verdad, si alguien está sano no necesita que le curen. Pero alguien que tiene sed necesita beber.

Querido Jesús, quería darte las gracias por escogerme. Por ser uno de los llamados a esa revolución que acabas de empezar. Quiero que sepas que sigo tus pasos por los pueblos que vas visitando. Espero verte pronto. Cuenta conmigo para lo que necesites.