Escuchar "Miércoles santo, 31 de Marzo de 2021"
Síntesis del Episodio
Mt 26,14-25:
En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes y les propuso:
- «¿Qué estáis dispuestos a darme, si os lo entrego?» Ellos se ajustaron con él en treinta monedas. Y desde entonces andaba buscando ocasión propicia para entregarlo. El primer día de los Ázimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron: - «¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?» Él contestó: - «Id a la ciudad, a casa de Fulano, y decidle: "El Maestro dice: Mi momento está cerca; deseo celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos."» Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua. Al atardecer se puso a la mesa con los Doce. Mientras comían dijo: - «Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar.» Ellos, consternados, se pusieron a preguntarle uno tras otro:- «¿Soy yo acaso, Señor?» Él respondió: - «El que ha mojado en la misma fuente que yo, ése me va a entregar. El Hijo del hombre se va, como está escrito de él; pero, ¡ay del que va a entregar al Hijo del hombre!; más le valdría no haber nacido.» Entonces preguntó judas, el que lo iba a entregar: - «¿Soy yo acaso, Maestro?» Él respondió: - «Tú lo has dicho.»
Este Evangelio es tremendo, Jesús...
La traición. La compra de Dios por unas cuantas monedas. Las mentiras del amigo amado en la cara. La noche...
La angustiosa noche.
Tus apóstoles no entienden. No comprenden, aunque quisieran. Has hablado los últimos días de la gran tribulación, del final de los tiempos, de la subida a Jerusalén, de la pasión inminente...
Y luego... la unción en Betania..., y esa higuera que se seca de raíz..., y tus lágrimas al contemplar la Ciudad amada...
Jesús, ¿qué ocurre?
Dinos, por favor...
¿Por qué esa gravedad en tu rostro?
¿Por qué ese estar a punto de decir "me muero de tristeza"?
¡Mira Jerusalén, Jesús! Se acerca la Fiesta. ¡Mira cuántos peregrinos y qué bonito está todo!... Qué maravilla...
Jesús, ¿qué pasa...?
No queremos verte así... Se nos parte el alma...
¿Dónde quieres que te preparemos la Pascua? Dinos. Ya verás. Te vamos a montar una cena maravillosa, como si fuera la última cena de nuestra vida. Dinos, Jesús, ¿dónde te la preparamos?
No nos mires así, por favor...
En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes y les propuso:
- «¿Qué estáis dispuestos a darme, si os lo entrego?» Ellos se ajustaron con él en treinta monedas. Y desde entonces andaba buscando ocasión propicia para entregarlo. El primer día de los Ázimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron: - «¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?» Él contestó: - «Id a la ciudad, a casa de Fulano, y decidle: "El Maestro dice: Mi momento está cerca; deseo celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos."» Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua. Al atardecer se puso a la mesa con los Doce. Mientras comían dijo: - «Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar.» Ellos, consternados, se pusieron a preguntarle uno tras otro:- «¿Soy yo acaso, Señor?» Él respondió: - «El que ha mojado en la misma fuente que yo, ése me va a entregar. El Hijo del hombre se va, como está escrito de él; pero, ¡ay del que va a entregar al Hijo del hombre!; más le valdría no haber nacido.» Entonces preguntó judas, el que lo iba a entregar: - «¿Soy yo acaso, Maestro?» Él respondió: - «Tú lo has dicho.»
Este Evangelio es tremendo, Jesús...
La traición. La compra de Dios por unas cuantas monedas. Las mentiras del amigo amado en la cara. La noche...
La angustiosa noche.
Tus apóstoles no entienden. No comprenden, aunque quisieran. Has hablado los últimos días de la gran tribulación, del final de los tiempos, de la subida a Jerusalén, de la pasión inminente...
Y luego... la unción en Betania..., y esa higuera que se seca de raíz..., y tus lágrimas al contemplar la Ciudad amada...
Jesús, ¿qué ocurre?
Dinos, por favor...
¿Por qué esa gravedad en tu rostro?
¿Por qué ese estar a punto de decir "me muero de tristeza"?
¡Mira Jerusalén, Jesús! Se acerca la Fiesta. ¡Mira cuántos peregrinos y qué bonito está todo!... Qué maravilla...
Jesús, ¿qué pasa...?
No queremos verte así... Se nos parte el alma...
¿Dónde quieres que te preparemos la Pascua? Dinos. Ya verás. Te vamos a montar una cena maravillosa, como si fuera la última cena de nuestra vida. Dinos, Jesús, ¿dónde te la preparamos?
No nos mires así, por favor...
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