Miércoles, 9 de marzo de 2022

09/03/2022 3 min
Miércoles, 9 de marzo de 2022

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Síntesis del Episodio

Lc 11, 29-32
_En aquel tiempo, la multitud se apiñaba alrededor de Jesús y comenzó a decirles _

“La gente de este tiempo es una gente perversa. Pide una señal, pero no se le dará más señal que la de Jonás. Pues así como Jonás fue una señal para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para la gente de este tiempo.

Cuando sean juzgados los hombres de este tiempo, la reina del sur se levantará el día del juicio para condenarlos, porque ella vino desde los últimos rincones de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón.

Cuando sea juzgada la gente de este tiempo, los hombres de Nínive se levantarán el día del juicio para condenarla, porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás”-

HABITAS EN LO ESCONDIDO

Otra vez más. Mirando al cielo, te pido un signo: “envíame una señal de que estás aquí”.

Y nada, no veo nada.

Solo te pido una señal, pero no me la das.

Entonces llegan las dudas. Las preguntas. Y cuestiono todo. Te cuestiono.

¿De verdad estás ahí?

Sin embargo, hoy me vuelves a delatar. Al igual que aquellos que te tenían delante y no sabían verte, hoy te tengo aquí y no sé reconocerte.

Quizás, estoy buscando donde no debo mirar.

Persigo grandes señales, pero realmente estas se hayan en lo pequeño. En lo escondido. En lo sencillo. En todo aquello donde el amor habita. Dónde tú habitas.

¿Acaso, no es esta una señal suficientemente grande? ¿Será que no sé poner la mirada allí donde solo el amor llega? ¿Dónde solo tú alcanzas?

Claro que somos una generación perversa. Hemos dejado enfriar nuestro corazón hasta el extremo. Y ahora, somos incapaces de reconocerte aun viviendo Tú en cada uno de nosotros.

Pero Tú ahí sigues, habitando cada recoveco de mi alma. Sin cesar. En ese cachito de pan que se parte por mí cada día. Esperando que algún día llegue el momento en que te abra mi puerta y sepa decirte SÍ.

Entonces, reconoceré esa gran señal que habita en lo escondido y que siempre ha estado ahí.